Agencias / Ciudad de México.- El fiscal especial Robert Mueller identificó diversos contactos entre ciudadanos rusos y funcionarios de la campaña del Presidente Donald Trump, sin conseguir evidencias para presentar cargos penales en una extensa investigación de dos años.
El pasado jueves en conferencia de prensa el secretario de Justicia William Barr repitió con énfasis las palabras del Presidente Trump de que “no hubo colusión”.
Horas después, la versión del reporte del fiscal especial, que se difundió brinda detallados ejemplos de los encuentros.
Aquí un repaso de lo que el reporte Mueller encontró y no encontró sobre la colusión:
CONTACTOS RUSOS
Un punto central para Mueller fue el encuentro de junio de 2016 en la Torre Trump en el que participaron una abogada rusa y miembros de la campaña de Trump, incluyendo el hijo del mandatario, Donald Trump Jr., su yerno Jared Kushner y el entonces director de campaña Paul Manafort. De acuerdo a los emails en los que se organizó la reunión, se prometía información perjudicial sobre Hillary Clinton.
El reporte además detalla otros contactos, incluyendo reuniones entre la campaña y el embajador de Rusia, y tratos entre Kushner y un grupo de expertos con sede en Washington con fuertes vínculos con Rusia. E inmediatamente después de la elección de noviembre, según el reporte, funcionarios del gobierno ruso e importantes empresarios rusos comenzaron a acercarse al nuevo gobierno, y “esas labores eran respaldadas desde los niveles más altos del gobierno ruso”.
Sin embargo, el reporte no encontró actos delictivos en dichos contactos. Por ejemplo, durante la reunión en la Torre Trump, el documento destaca que para acusar a Trump Jr. y a Kushner, quienes eran neófitos en campañas políticas, la fiscalía tendría que demostrar que estaban al tanto de que sus actos eran ilegales. La investigación “no ha desarrollado evidencia de que los participantes en la reunión estuvieran al tanto” de la prohibición a las contribuciones extranjeras, como podría considerarse a la información sobre Clinton.
PAUL MANAFORT
El exdirector de campaña de Trump Paul Manafort fue declarado culpable en Washington y Virginia de crímenes relacionados con años de consultoría política en Ucrania, como resultado de parte de la investigación de Mueller. Pero el reporte señaló que la pesquisa no podía establecer que se coordinó con el gobierno ruso con fines de interferencia electoral.
El reporte detalla que sí compartió datos de sondeos de la campaña de Trump con Konstantin Kilimnik —un allegado comercial que de acuerdo con Estados Unidos tiene nexos con la inteligencia rusa— y que ambos se reunieron en secreto durante la campaña para discutir un plan de paz que “Manafort admitió ante el equipo de la fiscalía especial era una manera ‘alterna’ para que Rusia tomara control de parte del este de Ucrania”.
El reporte indicó que tanto Manafort como Kilimnik “creían que el plan requeriría de la aprobación del candidato Trump para tener éxito” en caso de que resultara electo.
Sin embargo, la fiscalía “no identificó evidencia de una conexión entre el hecho de que Manafort compartiera los datos del sondeo y la interferencia de Rusia en la elección”, según el reporte.
EL EMBAJADOR RUSO
Mueller determinó que las interacciones entre el embajador de Rusia Sergey Kislyak y funcionarios de la campaña de Trump —incluyendo al exsecretario de Justicia Jeff Sessions— en abril de 2016 y durante una convención republicana de 2016 fueron “breves, públicas y poco importantes”.
La fiscalía no encontró evidencia de que Kislyak haya tenido conversaciones con Trump o Sessions, en ese entonces senador por Alabama, después de un discurso en el Hotel Mayflower de Washington o que hubiera tenido la oportunidad de dialogar.
Durante una reunión en la oficina de Sessions en septiembre de 2016, Sessions “recordó que Kislyak dijo que el gobierno de Rusia veía con buenos ojos las tentativas de acercamiento que Trump había trazado durante su campaña”, pero ninguno de los asistentes recordó diálogo alguno sobre interferencia electoral o sobre alguna una solicitud para que Sessions pasara información a Trump. Kislyak invitó a Sessions a discutir más a fondo las relaciones con Rusia durante una comida en su residencia, pero su asesora le aconsejó no asistir, señalando que Kislyak era un miembro de la KGB “de la vieja escuela”.
Sessions se recusó de supervisar la investigación sobre Rusia después de que se hiciera pública la noticia de que había tenido dos charlas con Kislyak durante la campaña. El presidente enfureció por la medida y Sessions terminó por renunciar a su cargo en noviembre a solicitud del mandatario.
El primer asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, renunció después de mentir sobre sus contactos con Kislyak.
PLATAFORMA POLÍTICA REPUBLICANA
Funcionarios de la campaña de Trump se reunieron con Kislyak durante la semana en que se realizó la Convención Nacional Republicana, pero dichas interacciones fueron “breves y de poca importancia”.
Durante los encuentros previos a la convención, un alto asesor político de la campaña diluyó una propuesta que habría enmendado la plataforma del Partido Republicano sobre la entrega de armas estadounidenses a Ucrania.
El reporte de Muelles señaló que la investigación “no estableció” que dichas gestiones fueran “a nombre del candidato Trump o de Rusia”.
WIKILEAKS
El reporte de Mueller ofrece una mirada a detalle a las interacciones entre Donald Trump Jr. y WikiLeaks durante la campaña.
En un encuentro, WikiLeaks envió a Trump Jr. un mensaje en Twitter sobre una página web anti-Trump que estaba por lanzarse y le proporcionó la contraseña. Varias horas después, el primogénito de Trump envió un email a personal de la campaña con relación al mensaje, diciéndoles que había probado la contraseña con éxito.
En otros, un grupo de transparencia pidió ayuda para promover sus páginas y le dijo a Trump Jr. que acababan de difundir una nueva serie de emails que fueron robados al expresidente de campaña de Clinton, John Podesta.
Partes de las 448 páginas del reporte de Mueller en que se hace referencia a WikiLeaks estaban censuradas para proteger investigaciones penales abiertas.
El secretario de Justicia William Barr dijo el jueves que cualquier coordinación entre la campaña de Trump y WikiLeaks no representaría un delito debido a que las publicaciones de WikiLeaks de los emails robados que perjudicaban a la campaña de Clinton no eran ilegales siempre que el grupo no hubiera trabajado conjuntamente con los hackers rusos que robaron la información.
ERIK PRINCE Y LAS SEYCHELLES
Desde hace tiempo han surgido dudas en torno a un misterioso encuentro entre el fundador de Blackwater USA Eric Prince — hermano de la secretaria de Educación Betsy DeVos — y un funcionario ruso en las Seychelles, un archipiélago frente a las costas de África. El reporte alerta discrepancias entre lo que Prince y el estratega de Trump, Steve Bannon, dijeron sobre la reunión.
Prince se encontró en enero de 2017 con Kirill Dmitriev, quien encabezó un fondo de patrimonio soberano ruso, mientras Trump se preparaba para asumir la presidencia y el gobierno ruso buscaba contactos con el nuevo gobierno. Según el reporte, Dmitriev reportaba directamente al presidente ruso Vladimir Putin.
En entrevistas, Prince dijo a los investigadores que había informado a Bannon sobre el encuentro, pero Bannon negó que hubieran hablado alguna vez al respecto. Bannon dijo que recordaría esa discusión y que se opondría a la reunión.
El reporte señala que los investigadores no pudieron resolver los “relatos contradictorios” al revisar las comunicaciones, en parte porque faltaban mensajes de texto. Registros telefónicos mostraron que Bannon y Prince habían intercambiado decenas de mensajes, incluyendo dos que Prince envió horas después de sus reuniones con Dmitriev, pero los investigadores no pudieron encontrar los mensajes en sus teléfonos.
Prince negó haber borrado los mensajes y Bannon dijo que no sabía por qué hacían faltan mensajes.