InsurgentePress, Ciudad de México.- Por su obra ‘El lector a domicilio’, el autor Fabio Morábito recibió el Premio Xavier Villaurrutia de Escritor a Escritor en Bellas Artes.

“¡Cuánta gente, caray!”, exclamó Fabio Morábito desde el frente de la Sala Manuel M. Ponce, donde un nutrido auditorio cubrió de aplausos al autor que este martes recibió el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores.

“Personalmente, me gusta mucho que lleve el nombre de Xavier Villaurrutia, que es uno de mis poetas favoritos. Claro, van a decir que lo digo porque me dieron el premio”, bromeó en el espacio del Palacio de Bellas Artes el italomexicano nacido en Alejandría, Egipto, quien fue galardonado por su novela El lector a domicilio.

A decir de Tedi López Mills, autora que integró el jurado seleccionador junto con Alberto Ruy Sánchez y Jorge Ruiz Dueñas -todos ganadores del Villaurrutia-, la novela de Morábito ofrece un juego de lecturas entre las novelas que lee en voz alta el protagonista de la misma y un poema de Isabel Fraile, poeta regia que también fue merecedora de este galardón en 1978, que es central en la obra.

Tras narrar una breve historia del premio, el escritor y director de la Sociedad Alfonsina Internacional, Felipe Garrido, destacó que el nombre de Morábito se suma al de prácticamente todos los grandes literatos que ha ofrendado el País: Paz, Arreola, Del Paso, Revueltas, Poniatowska, Sabines, Pacheco, Fuentes, Chumacero, Glantz, Villoro, Leñero, Bellatín, entre muchos otros.

“Fabio Morábito enriquece esta lista con una novela que se ocupa del fenómeno de la lectura, de la consciencia del lector frente al texto, del papel de la poesía en nuestras vidas”, expuso Garrido.

“El Premio Villaurrutia que hoy recibe el maestro Fabio hace homenaje, además, a esa otra parte que es el ejercicio de la lectura. Ese ejercicio de la lectura sin el cual la literatura no encuentra su ciclo mágico en el cual la imaginación nos permite abrir ventanas, abrir mundos, abrir horizontes”, añadió la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lucina Jiménez.

Para concluir la entrega, previo a recibir el reconocimiento, Morábito, además de expresar su admiración por Villaurrutia, leyó un texto acerca del ejercicio de escribir y sumarse así a una comunidad que funciona como un gran campamento.

“Me gusta pensar que quienes escribimos nos establecemos en campamentos temporales: levantamos nuestra tienda junto a otras tiendas que nos dan confianza, y en cualquier momento, como sucede constantemente, podemos irnos sin que nadie nos lo impida”, analogó el autor, cuya tienda en el gran campamento de las letras mexicanas quedó cubierta de honor.

Con Información de Reforma

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