Agencias- Periódico El Mundo/San Petersburgo.- Rusia ha iniciado hoy sus polémicas maniobras Zapad junto a la frontera de sus vecinos occidentales. En el ejercicio militar participan unos 12 mil 700 soldados, de los cuales 7 mil 200 son bielorrusos y el resto rusos.
Los movimientos militares se realizan en los espacios situados en territorio bielorruso y en las regiones rusas de Leningrado y Pskov. Algunos expertos de Polonia y Estonia han denunciado que en las maniobras participan alrededor de 100 mil soldados, siendo una “amenaza inminente”, para los países bálticos y Polonia.
Rusia niega que las maniobras, que se celebraron por última vez en 2013, vayan dirigidas contra un tercer país.
“Estos ejercicios son defensivos y suponen la fase final de la preparación conjunta de las Fuerzas Armadas de Rusia y Bielorrusia”, ha dicho Andrei Kartapolov, comandante del distrito militar occidental.
El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, criticó hace unos días la falta de transparencia de Rusia e insistió en que la Alianza seguirá muy de cerca las maniobras conjuntas.
En estos ‘juegos de guerra’ también participan 70 aviones y helicópteros, casi 700 equipos de armamento y vehículos militares, como tanques y lanzaderas de misiles, y 10 buques.
Uno de los temores de vecinos como Letonia o Polonia es que Rusia aproveche las maniobras para dejar más soldados estacionados en Bielorrusia de manera permanente.
Minsk ha invitado a observadores militares debido a que los agregados de defensa acreditados en la región y a delegados de la OTAN, la OSCE, la ONU y la Cruz Roja podrían ser insuficientes para registrar ese tipo de maniobras de gran envergadura.
Los analistas creen que el número de observadores, que no llega a la centena, sea suficiente para cuantificar el ‘músculo militar’ que ha movido Rusia en la zona.
Las maniobras durarán hasta el día 20 tanto en territorio ruso (incluido el enclave de Kaliningrado, engarzado ente miembros de la OTAN) como en el bielorruso.
De acuerdo al Documento de Viena, sólo los ejercicios militares en los que participen más de 13 mil efectivos deben ser abiertos a observadores de otros países.