“Hoy hemos perdido una parte del alma de Grecia. Mikis Theodorakis,
nuestro Mikis, el profesor, el intelectual, el resistente, se ha ido. El que hizo
que todos los griegos cantaran a los poetas”. Ministra de Cultura, Lina Mendoni.
Utopía/Por Eduardo Ibarra Aguirre/Ciudad de México.- De los siete récords históricos que le atribuyó a su gobierno el presidente Andrés Manuel en el mensaje político dado en Palacio Nacional ante su gabinete legal y ampliado de 30 funcionarios, uno fue el que motivó el enojo e incluso irritación de la comentocracia y en particular de la económica y financiera, de sus impresentables estrellas del tipo de Maricarmen Cortés, por los vínculos de corrupción que mantienen con los consorcios. A saber, el ingreso sin precedente de los envíos de remesas de los mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos a sus familiares.
Según analistas, el extraordinario crecimiento de las remesas es la mayor y mejor prueba del fracaso de la política económica y social de López Obrador y su Cuarta Transformación porque, arguyen, pone en relieve su incapacidad para frenar la migración de paisanos al norte del río Bravo.
En todo caso es un problema centenario que se reprodujo puntualmente de 1982 a 2018, el denominado periodo neoliberal, sin que los agudos críticos de ahora lo advirtieran, como un producto también del fracaso del capitalismo salvaje.
Quizás no sean para presumirse las remesas, pero es de agradecerse la actitud presidencial de no ocultar el hecho, además de que para reproducirse requiere de un determinado clima político y social, de una estabilidad cambiara que no son obra del cielo y tampoco de la desesperada oposición partidista-empresarial.
En todo caso regístrese que la principal captadora de remesas es la República Popular China, la economía más exitosa en las últimas cuatro décadas, incluida la pandemia, porque sacó de la pobreza extrema a 800 millones de chinos, de acuerdo no con el Partido Comunista, sino con el Banco Mundial.
Llama la atención que de los demás récords establecidos en los primeros mil días de gobierno de Obrador –récord histórico en inversión extranjera, en incremento al salario mínimo, en no devaluación del peso, en no incremento de deuda, en aumento del índice de la Bolsa de Valores, en las reservas del Banco de México– casi nadie se ocupa de refutarlos, acaso porque no es posible, o bien porque no existe el propósito de debatir desde perspectivas políticas e ideológicas contrapuestas en los caminos para materializarlas, pero no tanto en los objetivos finales, por lo menos en el plano discursivo.
Pocos repararon en el reconocimiento explícito de López Obrador del notable crecimiento del reclasificado feminicidio en 13% y del robo en transporte público, delitos ambos del fuero común –responsabilidad de gobernadores y alcaldes– y los que implican un cuestionamiento a que 98 de los 100 compromisos establecidos en el Zócalo (1-XII-18) “ya fueron cumplidos” y que sólo falta la descentralización del Poder Ejecutivo federal y localizar a los estudiantes de Ayotzinapa.
“Reprobada y desastrosa la gestión de AMLO”, estableció la (in)capacidad de análisis de la oposición legislativa; “informe triunfalista” concluyeron analistas anclados en los años 60-70 del siglo pasado y el trío Los Aguilar (Héctor, Jorge y Leo) se repiten más que AMLO al recitar durante 33 meses que el tabasqueño de Macuspana “No se da cuenta que la campaña (electoral) ya terminó”. ¿Y el debate? Bien, gracias, cada quien montado en su macho.
El de Paraíso, Tabasco, el novel secretario de Gobernación Adán Augusto López no acaba de enterarse que la variante Delta del SARS-CoV-2 alcanza picos peligrosos en el número y porcentaje de infectados, pues se presentó ante el Congreso para entregar el III Informe como si no existiera covid-19 al repartir saludos, abrazos y besos de mejilla a todas las que se lo permitieron.
De tal suerte que es polémico que en el camino andado “es tan importante lo logrado hasta ahora, en este periodo, que hasta podría dejar ahora mismo la Presidencia”, bajo el supuesto de que “¡Un retroceso no sería cosa fácil!”. No es fácil pero tampoco imposible. Baste voltear al pasado reciente al sur del Suchiate.
“En el caso de la tormentosa señora Lía (Limón), de la (alcaldía) Álvaro Obregón (Ciudad de México), los que han visto los videos sostienen que en sus arrebatos, la señora causó su sangrante nariz. Lo del INM se sabe desde hace tiempo y esa brutalidad viene desde entonces, aunque en este último contexto, la brutalidad sea sedosa, pero más terrible. Y sí sería bueno destacar que el papel de los migrantes no es, por cierto, emprender a golpes a militares y guardias que cumplen con su trabajo, más cuando México es un país que ha sido modelo tolerante en dar cabida a miles que huyen de sus países. México también es víctima”… La opinión es de la periodista y escritora Teresa Gil sobre https://insurgentepress.com.mx/dos-hechos-represivos-injustificables/.
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