Insurgente Press, Ciudad de México.- Pese a ser la segunda ciudad más violenta en Guerrero, el Gobierno estatal retiró a los policías estatales de tareas de seguridad en las calles de la capital.
La Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero retiró entre 100 y 150 elementos de la Policía estatal asignados a Chilpancingo desde el pasado 23 de junio, cuatro días antes de que el Alcalde Marco Antonio Leyva fuera restituido en el cargo por una orden judicial.
La Policía estatal tomó control de la seguridad en la capital guerrerense desde enero pasado, luego de que todos los policías municipales fueron suspendidos y retenidos por el asesinato de dos jóvenes ocurrido después de ser aprehendidos por los uniformados en diciembre de 2017.
Un total de 120 policías municipales fueron exonerados de los crímenes, pero sólo entre 45 y 50 regresaron a patrullar las calles porque el resto no ha acreditado los exámenes de control de confianza.
Leyva, quien pidió licencia en octubre del año pasado, fue restituido por orden del Trife, pero enfrenta una huelga de trabajadores del Ayuntamiento y el boicot de la mayoría del cabildo.
Aunque el Congreso local lo reinstaló en el cargo el pasado 27 de junio, ni siquiera ha podido ingresar al Palacio municipal y despacha desde su casa.
El Vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez, confirmó el retiro de la Policía estatal por el regreso de los municipales, aunque reconoció que cuando ha salido muy noche de su trabajo se ha dado cuenta de que en las calles no hay policías.
“La verdad sí da miedo andar en las calles a esa hora”, afirmó.
En lo que va del año se han registrado 119 homicidios en la ciudad, la mayoría al estilo del crimen organizado.
Marco Antonio Leyva señaló que a él no le ha notificado el Gobierno de Guerrero el retiro de la Policía estatal.
“Hasta donde sé es que cuando yo llegué la Policía estatal ya no estaba trabajando.
“No dudo que siga realizando operativos especiales en el recorrido de la ciudad y en giros rojos en donde ha participado la Policía municipal”, afirmó.
Mencionó que el retiro de los estatales tiene que ver con la reincorporación de entre 45 y 50 policías municipales exonerados por la Fiscalía General de Justicia tras una investigación por el homicidio de dos jóvenes durante la Administración de su antecesor, Jesús Tejeda Vargas.
El 31 de diciembre de 2017, agentes municipales detuvieron en las instalaciones de la feria de navidad de Chilpancingo a Marco Catalán Cabrera y Jorge Cortés Vázquez, a quienes llevaron a barandilla y luego liberaron tras el pago de la multa que hizo un civil.
Luego, presuntamente varios uniformados entregaron a los jóvenes a tres hombres armados que viajaban en un automóvil Nissan Tsuru y tres días después los dos aparecieron muertos a tiros en un sitio conocido como Tierras Prietas, al norte de esta ciudad.
El 4 de enero, el Gobierno de Héctor Astudillo informó que la Policía estatal asumía el mando de la seguridad en Chilpancingo y los 120 policías municipales serían sujetos a una indagatoria por parte de la Fiscalía.
Leyva Mena dijo que independientemente de que la Administración estatal haya retirado a su Policía debe existir una coordinación entre los pocos municipales, las Policías y el Ejército para brindar seguridad a la ciudadanía.
“Hoy (antier) hubo tres personas asesinadas aquí en Chilpancingo y esto tiene que ver con ausencia de policías, pero también porque aquí en la ciudad hay la intromisión de gente que se dedica a las actividades del narcotráfico”, sostuvo.
El Alcalde rechazó que el retiro de la Policía estatal forme parte de la pugna que existe entre él y el Gobernador Héctor Astudillo.
Con información de Reforma.