Agencias / Teherán.- Irán sigue produciendo uranio enriquecido muy por encima de los niveles pactados en el acuerdo nuclear de 2015, aunque ha mejorado su cooperación con los inspectores de la ONU al concederles acceso a una instalación sospechosa por posibles pasadas actividades atómicas no declaradas.
Así lo señala el más reciente informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), emitido este viernes en Viena y en el que precisa que Irán ha producido desde junio pasado unos 533 kilos adicionales de uranio enriquecido.
De esta forma, la República Islámica cuenta con una reserva de unos 2.105 kilos de ese material, en su gran mayoría en forma de uranio en gas UF6, con lo que supera unas cuatro veces los límites permitidos por el acuerdo atómico conocido como JCPAO. Según el llamado plan de acción integral conjunto (JCPAO), Irán no debería tener más de 300 kilos de uranio enriquecido, lo que equivale a unos 450 kilos de UF6.
De ese material acumulado, unos 215 kilos tienen una pureza por debajo del nivel pactado del 3,67%, mientras que el resto supera ese límite y alcanza el 4,5%, siempre lejos de una posible aplicación militar, que comienza a partir del 80%.
Irán empezó el año pasado a producir uranio de mayor pureza, violando el JCPAO, en respuesta a la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018 y en un intento de presionar a los países europeos del pacto para que le garanticen los beneficios económicos del acuerdo.
Ese documento, firmado en 2015 en Viena, prevé ciertas limitaciones del programa nuclear de Irán para que la República Islámica no pueda hacerse con una bomba nuclear a corto plazo. A cambio, se levantaron las sanciones internacionales contra Irán, aunque Estados Unidos volvió a instaurar sus medidas punitivas en 2018, incluyendo un embargo petrolero.
Acceso a instalaciones sospechosas
Por otra parte, el OIEA señala en su informe de este viernes que tras meses de disputa sobre el acceso a dos instalaciones iraníes bajo sospecha, finalmente Teherán sí dio su luz verde a las inspecciones internacionales.
En una de las dos instalaciones, los inspectores nucleares ya han tomado pruebas medioambientales, que son analizadas en los laboratorios de la agencia. Para las próximas semanas -a lo largo del mes de septiembre- podrán acceder también al segundo sitio, agrega el informe del OIEA.
El acceso a estos dos lugares es clave para esclarecer el origen de un material fisible no declarado por parte de Irán. Irán se había negado hasta ahora a conceder a los inspectores el acceso exigido, alegando que las citadas informaciones proceden supuestamente de los servicios de inteligencia de Israel.