Agencias/Ciudad de México.- La NFL está, desafortunadamente, muy acostumbrada a los escándalos. No pocas veces los jugadores de la liga profesional de fútbol americano se meten en jaleos y tienes problemas, algunos demasiado graves, con la justicia. Sin embargo el último jaleo afecta directamente a un equipo y pone en entredicho a la competición, pues se está investigando si los Cleveland Browns perdieron partidos de forma deliberada durante varias temporadas.
El exentrenador del conjunto de Ohio Hue Jackson levantó la liebre recientemente al hacer unas declaraciones en las que afirmaba que los Brown perdieron partidos a propósito durante las temporadas 2016 y 2017. De hecho, el ahora técnico de Grambling State, asegura que desde las oficinas del equipo le pagaban un bonus por cada encuentro en el que saliese derrotado.
La intención detrás de esta práctica comentada por Jackson era que el equipo, en continua reconstrucción, acabase con el peor balance de victorias y derrotas de la liga y así poder elegir en el primer puesto del draft de la NFL. De esta manera los Browns podrían hacerse con los servicios del supuestamente mejor jugador universitario (a su elección y según su criterio).
En sus dos temporadas y media al mando de los Browns, Jackson cosechó un récord de 3 victorias, 36 derrotas y 1 empate, llevando al equipo a firmar un 1-15 en 2016 y un 0-17 en 2017. Gracias a ello Cleveland pudo elegir en el draft a las estrellas Myles Garrett y Baker Mayfield.
Supuestamente, la llegada de estos jugadores, así como fichajes de renombre como Odell Beckham Jr., serviría para poner los cimientos de una reconstrucción definitiva y convertir a los Browns en un contendiente a disputar la Super Bowl y optar a ganar un campeonato. Pero sólo hay que mirar hacia atrás, sin alejarnos demasiado en el tiempo para darnos cuenta de que el tiro le salió por la culata a la franquicia de Cleveland.
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— Cleveland Browns (@Browns) April 24, 2022
Myles Garrett, un sí-pero-no para los Browns
Los jugadores defensivos suelen pasar desapercibidos a los ojos del público NFL más ocasional. Sin embargo, el muchas veces utilizado como tópico de que la defensa gana títulos esta muy presente en el fútbol americano. Por esto la incorporación de Myles Garrett estaba llamada a cambiar el rumbo de los Browns.
El jugador formado en la Universidad de Texas A&M fue uno de los mejores defensores del football universitario y su desempeño en el emparrillado le colocó como gran favorito para ser número 1 del draft. Tanto que los Browns no dudaron en elegirle en esa posición en 2017 y colocarle como cabeza visible de su línea defensiva.
Aunque las lesiones han lastrado su carrera en algunos momentos puntuales (sin ir más lejos se perdió los primeros cuatro partidos del equipo en su temporada rookie), Myles Garrett ha rendido individualmente. Ha sido elegido tres veces para disputar el Pro Bowl y es toda una amenaza para los quarterbacks rivales, pero su presencia en la defensa de los Browns no los ha hecho especialmente temibles para sus contrincantes.
Para colmo, en 2019 fue suspendido indefinidamente por arrancar el casco a un rival y utilizarlo para golpearle en la cabeza. Un castigo que se le levantó en febrero de 2020, y los Browns siguieron confiando el él y le renovaron por cinco años y 125 millones de dólares.
@NFL investigating @Browns for tanking. Really? Every team tanks. All over the draft picks. Professional sports are stupid on that part. Let’s rank for a rookie even when your team is still going to suck
— That guy (@Lifes2Short14) April 20, 2022
Barker Mayfield, sin la confianza del equipo
El caso de Baker Mayfield es mucho más sangrante. Su actitud irreverente y polémica durante sus años universitarios no evitó que los Browns se decantasen por él en el número 1 del draft de 2018. El quarterback llegó a la NFL como una auténtica estrella colegial y el galardón de Mejor Jugador Nacional bajo el brazo. Tuvo un impacto inmediato en el equipo, al que llevó hasta la victoria en su primer partido como mariscal de campo, rompiendo una racha perdedora de Cleveland de 19 partidos y 635 días. Rompió récords como novato e hizo todo lo necesario para ilusionar a una afición cansada de perder.
Pese a que en su segundo año se desinfló, Mayfield volvió a levantar pasiones en 2020, aunque con el paso del tiempo se fue desencantando con un equipo que no acababa de responder y en 2021, con las lesiones marcando su temporada, nació una crisis entre los Browns y el quarterback que ahora está a punto de terminar en divorcio.
La franquicia hizo efectivo el quinto año de contrato de Mayfield (18.8 millones de dólares), pero una vez terminada la campaña anterior el jugador pasó por el quirófano y los Browns se guardaron las espaldas fichando al quarterback Deshean Watson (acusado de haber abusado de 27 mujeres durante sesiones de masajes… pero ésa es otra historia). El movimiento llevado a cabo por el equipo no hizo ninguna gracia a un Mayfield que mostró su descontento y avisó de que no quería seguir en Cleveland.
El jugador por el que los Browns (supuestamente) perdieron partidos deliberadamente pidió ser traspasado y en Cleveland tienen un problema considerable para colocar a alguien un contrato de 18.8 millones correspondiente a un quarterback que regresa tras ser operado. Y lo que es peor, han pasado los años pero ni las ‘trampas’ ni los dos números 1 del draft han servido para que el equipo llegue a la Super Bowl. Desde entonces sólo han tenido una temporada ganadora y justo ahora parece que Mayfield se va.
https://twitter.com/Browns/status/1517573697623642114