Agencias/Ciudad de México.- Algunas de las víctimas secuestradas y otras asesinadas en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchuitlán, Jalisco, habilitado con crematorios y fosas clandestinas han sido identificadas, en medio de la conmoción social que ha provocado esta nueva prueba de los niveles de violencia que han utilizado las pandillas del narcotráfico, en este caso, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las imágenes que han recorrido el mundo son las de cientos de zapatos apilados y llenos de tierra que había en el Rancho Izaguirre, junto a ropa y mochilas de las víctimas, y que han sido equiparadas con las históricas fotografías de los campos de concentración nazis.
Pero también se ha hallado evidencias de las víctimas, en particular una carta que firmó Eduardo Lerma Nito, un joven del estado de Guanajuato que fue reportado desaparecido en febrero de 2020. En esa fecha tenía 20 años.
“Mi amor si algún día ya no regreso solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo y digas: ‘se me fue mi enojón berrinchón y celoso’. J.G.L .Eduardo Lerma Nito 02 mayo 2003 Cortázar, Guanajuato”, señala la hoja de papel que fue rescatada en el rancho y en la que el joven logró plasmar su nombre, fecha y lugar de nacimiento.
Lo hizo a modo de despedida, pensando que tenía la muerte asegurada, pero finalmente logró escapar del rancho y hoy es uno de los sobrevivientes, cuyo testimonio será fundamental para saber qué pasó en ese sitio.
El diario El Financiero informó que, gracias a las fotos que se difundieron, una mujer reconoció el relicario que usaba una joven desaparecida a la que apodaban ‘La China’. A ella, le dedicó un mensaje de despedida en redes sociales.
No es el único
“Fuiste una buena madre buscando un mejor futuro para tu hijo, siempre te recordaremos como una guerrera. Tu hijo se queda en buenas manos. Siempre te recordaremos como una mujer fuerte, no sabemos cuánto sufriste, pero al menos sabemos que ya descansas en paz. Te amamos, Chinita. No es un adiós, sino un hasta pronto. Dios te tenga en su Santa Gloria”, escribió.
Pero este no es el primer lugar en el que se han cometido masacres, ni será el último. El martes, el Colectivo Amor por los desaparecidos reportó el hallazgo de otro campo de exterminio en el estado de Tamaulipas, en donde en 2010 ejecutaron a 72 migrantes.
La presidenta de esta organización, Edith González, aseguró que ya localizaron al menos 14 puntos con restos óseos calcinados, así como una hebilla de cinturón con la figura de dos pistolas, un rosario, chalecos antibalas, equipo táctico y casquillos percutidos de armas de alto calibre.
La revista Proceso afirma que hace más de una década que en Jalisco se han reportado centros de exterminio, lugares donde los cárteles llevan a los hombres que secuestran para obligarlos, bajo tortura, a sumarse a sus filas.
En algunos casos, los secuestran en las paradas de autobuses; en otro, los atraen con ofertas de trabajo que publican en las redes sociales pero, una vez que las víctimas llegan al lugar en el que se les cita, las encapuchan y las amenazan de muerte si se niegan a hacer tareas para algún cártel.
Si se resisten, son incinerados y enterrados en fosas clandestinas. Si ceden, les enseñan a usar armas y los entrenan para matar a quienes se les pida, así sean niños, mujeres o personas de edad avanzada.