Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- Las diferencias entre el gobierno mexicano y Washington sobre las importaciones de maíz genéticamente modificado a México continúan y en el episodio más reciente, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos solicitó una explicación científica sobre la prohibición del maíz transgénico y el uso del herbicida glifosato.
Doug McKalip, la cara de las negociaciones de Estados Unidos con México, declaró hace unos días que el gobierno que representa emplazó a los negociadores mexicanos para que este 14 de febrero expliquen los fundamentos científicos en los que están basando la negativa de importar maíz modificado.
México ya había pospuesto su decisión de prohibir las importaciones de maíz genéticamente modificado para 2025, pero el nuevo negociador de la oficina comercial de los Estados Unidos optó por mantener la pugna sobre la mesa y ahora espera una respuesta del gobierno de México para reorientar su estrategia en el pleito comercial.
“Veremos qué contienen esas respuestas, y en función de dónde nos encontremos en ese proceso, daremos los siguientes pasos para intentar resolver la situación”, declaró Doug McKalip sobre lo más reciente de la controversia.
México se inconformó sobre el uso de glifosato en los procesos agrícolas de Estados Unidos y puso en duda los métodos biotecnológicos en la producción de maíz, un hecho que lo llevó a prohibir las importaciones del grano genéticamente modificado.
Las negociaciones habían avanzado cuando México pospuso su prohibición hasta 2025, pero las consultas en el contexto del T-MEC no han cesado y existe la posibilidad de que Estados Unidos solicite un panel de solución si la controversia se mantiene.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, encabezada por Doug McKalip, envió un oficio a la Secretaría de Economía a finales de enero para que detallen los riesgos que han encontrado en el maíz transgénico basados en el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá ratificado en 2020.
Luego del envío del oficio, McKalip ha salido a la prensa para intentar presionar señalando que México “rechazó 14 rasgos de productos agrícolas por separado que se les presentaron”, y aseguró que su oficina esperaba las justificaciones correspondientes. “Queremos asegurarnos de que toman decisiones basadas en evaluaciones de riesgo”, dijo Doug McKalip.
La disputa comercial que inició en 2020 con un decreto presidencial que pretende sustituir de forma gradual el consumo de maíz genéticamente modificado en México, limitando las importaciones de este grano para 2024 y que luego se pospuso para 2025, es el centro de la controversia con Estados Unidos.
Los negociadores norteamericanos no han aceptado las medidas del gobierno de México alegando que el maíz transgénico y el uso del herbicida glifosato son seguros para el consumo humano, un argumento que no se ha aclarado del todo.
“El problema de fondo es que la ciencia debe impulsar las decisiones sobre estos productos”, dijo el nuevo representante de la Oficina Comercial de Estados Unidos, señalando que el proceso agrícola en aquel país estaba siendo afectado.
En la pugna por el maíz transgénico México sabrá responder con los argumentos científicos adecuados, como lo ha hecho hasta ahora, basado en la seguridad alimentaria y de salud pública de los mexicanos, y no solo en los procesos agrícolas y los intereses comerciales de Estados Unidos, como lo hace el señor McKalip.