Agencias/Ciudad de México.- Está ocurriendo una “enorme crisis de desplazamiento” en el Líbano como resultado de la campaña aérea israelí y algunos bombardeos violan la ley internacional, declaró el director de la agencia de la Alta Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El funcionario, Filippo Grandi, ofreció sus declaraciones en Beirut.
Las autoridades libanesas estiman que unas 1,2 millones de personas están actualmente desplazadas. La ONU ha pedido asistencia financiera para responder a la crisis humanitaria. Hasta los momentos falta un 40% de lo solicitado.
Ha habido “muchas instancias de violación de las leyes humanitarias internacionales en la manera en que se realizaron los ataques aéreos que han destruido o dañado infraestructura civil”, añadió Grandi.
Dos empleados de la ACNUR han perecido en los bombardeos.
Grandi dijo que un ataque aéreo que cortó el paso en un cruce entre Líbano y Siria además creó un obstáculo para los civiles que intentan huir a un lugar seguro.
Israel sostiene que apunta a líderes o armas de Hezbollah, en los bombardeos y en la incursión terrestre que ha lanzado en el Líbano. Hezbollah ha estado disparando contra territorio israelí y cientos de miles de israelíes no han podido regresar a sus viviendas.
La violencia ha llevado tanto a ciudadanos libaneses como a refugiados sirios en el Líbano a cruzar masivamente la frontera.
Mientras las hostilidades en el Líbano se intensifican, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) lanza un Llamamiento de Emergencia con el propósito de recaudar 32.46 millones de dólares EEUU para asistir a 400,000 personas afectadas por la crisis en los próximos tres meses.
Cientos de miles de familias han tenido que irse de sus hogares a raíz de la intensificación de los ataques transfronterizos, y muchas de esas personas han tenido que pedir refugio en albergues atestados. Desde octubre de 2023 la OIM ha ido aumentando su provisión de asistencia vital inmediata, incluyendo artículos esenciales de socorro, servicios de protección y apoyo sanitario. La Organización también les está brindando su apoyo a los asociados por medio del seguimiento del desplazamiento interno.
“Esta masiva crisis demanda acciones urgentes”, señaló Amy Pope, Directora General de la OIM. “Las circunstancias son verdaderamente severas y las necesidades son inmensas. Convocamos a la comunidad internacional para que brinde los recursos necesarios para garantizar la seguridad y dignidad de las familias desplazadas”.
La situación en el Líbano está empeorando con gran rapidez. Se han perdido más de 1,600 vidas y otras 6,000 personas resultaron heridas en las últimas semanas. Los equipos de respuesta de emergencia de la OIM están proveyendo asistencia en Beirut, Mount Lebanon, zonas Norte y Sur, Valle de Beqaa, y en la frontera con Siria en donde más de 175,000 sirios y libaneses se han refugiado por la violencia.
Al 30 de septiembre la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) identificó a 346,209 personas desplazadas internamente (IDP), cifra que incluye a más de 31,000 familias (equivalente a 137,000 personas) que están viviendo en 820 albergues colectivos en todo el país.
Muchos de los 177,000 migrantes del Líbano, entre ellos trabajadoras domésticas migrantes, también han sido forzados a escapar a la búsqueda de seguridad pero enfrentan opciones de albergue limitadas. La OIM pone de relieve la necesidad de contar con una respuesta inclusiva, garantizando que todas las personas con necesidades, entre ellas los libaneses desplazados, migrantes, refugiados y otras poblaciones vulnerables, reciban el apoyo que necesitan.
“Nuestro llamamiento es parte de un esfuerzo mayor coordinado con organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias con el propósito de aumentar la respuesta en el Líbano”, dijo Mathieu Luciano, Encargado de la Oficina de la OIM en Beirut. Los 32.46 millones que se solicitan ayudarán a sostener las operaciones vitales de la OIM hasta fin de año. Estamos listos para aumentar la ayuda de acuerdo con las necesidades de las personas”.
La Organización está distribuyendo artículos esenciales de socorro a las personas desplazadas internamente y familias de acogida, y servicios de protección como los de apoyo psicosocial. En estrecha coordinación con el Gobierno del Líbano, la OIM ha entregado 1,350 colchones, frazadas y almohadas en las últimas 48 horas a personas que están alojadas en escuelas y otros edificios convertidos en albergues para las familias desplazadas.
Desde octubre de 2023 la OIM ha hecho entrega de medicinas e insumos vitales a hospitales y centros de salud del área del Ministerio de Salud Pública que se encuentran en la zona sur, ha pre posicionado equipamiento esencial y más recientemente ha brindado apoyo logístico a los depósitos principales con los que cuenta el Ministerio.
“Nuestros equipos se encuentran en terreno, trabajando incansablemente junto a nuestras contrapartes gubernamentales y asociados locales para brindar apoyo humanitario vital a quienes más lo necesitan. Nos comprometemos a redoblar nuestro apoyo para paliar las necesidades cada vez mayores que tantas personas deben enfrentar en todo Líbano” señaló Mathieu Luciano, Encargado de la Oficina de la OIM Líbano.
Antes del reciente desplazamiento en el Líbano, el país ya estaba ya padeciendo una crisis política y socioeconómica extendida, con más de 3.7 millones de personas con la necesidad de acceder a asistencia humanitaria.
En apoyo del Gobierno del Líbano, la OIM está incrementando su apoyo humanitario crucial con el propósito de asegurar que se atiendan las necesidades de las poblaciones desplazadas y de las comunidades que las acogen.
Desde que Israel lanzó su invasión terrestre en Líbano, las fuerzas israelíes y milicianos de Hezbollah han combatido en la frontera mientras el Ejército libanés se ha mantenido principalmente al margen.
No es la primera vez que el ejército nacional asiste a una guerra en su país desde la incómoda posición del testigo.
El apreciado Ejército libanés es una de las pocas instituciones del país que cruza las divisiones políticas y religiosas del país. Varios comandantes del país se han convertido en presidentes, y el actual jefe militar, el general Joseph Aoun, está ampliamente considerado como uno de los favoritos para ocupar el puesto cuando el estancado parlamento llene un vacío de poder de dos años y nombre un presidente.
Pero con un arsenal envejecido y sin defensas antiaéreas, maltrecho tras cinco años de crisis económica, el Ejército nacional está poco preparado para defender a Líbano, ya sea contra los ataques aéreos o la ofensiva terrestre de un ejército moderno y bien equipado como el israelí.
La capacidad militar del Ejército se ve sobrepasada por la de Hezbollah. Las Fuerzas Armadas libanesas tienen unos 80,000 soldados, 5,000 de ellos desplegados en el sur. Hezbollah tiene más de 100,000 combatientes, según el fallecido líder del grupo político y militar, Hassan Nasrallah. Su arsenal, formado con apoyo iraní, también es más avanzado
Las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbollah cruzan fuego desde el 8 de octubre de 2023, cuando la milicia libanesa comenzó a lanzar cohetes al otro lado de la frontera en apoyo de su aliado Hamás en Gaza.
En las últimas semanas, Israel ha realizado un fuerte bombardeo aéreo sobre Líbano e iniciado una invasión terrestre que según dijo pretende alejar a Hezbollah de la frontera y permitir que los residentes desplazados del norte de Israel regresen a sus casas.
Mientras las tropas israelíes hacían sus primeras incursiones en la frontera y Hezbollah respondía con fuego de cohetes, los soldados libaneses se retiraron de puestos de observación en la frontera y se reposicionaron unos 5 kilómetros (3 millas) más atrás.
Por ahora, las fuerzas israelíes no han avanzado tan lejos. Los únicos enfrentamientos directos entre los dos ejércitos nacionales fueron el 3 de octubre, cuando el fuego de tanques israelíes alcanzó un puesto militar libanés en la zona de Bin Jbeil y mató a un soldado, y el viernes, cuando dos soldados murieron en un ataque aéreo en la misma zona. El Ejército libanés dijo que había devuelto el fuego en las dos ocasiones.
El Ejército libanés declinó hacer comentarios sobre cómo respondería si las fuerzas de tierra israelíes avanzan más.
Analistas familiarizados con el funcionamiento del Ejército dijeron que, si la incursión israelí alcanza sus posiciones actuales, las tropas libanesas plantarían batalla, pero de forma limitada.
La “misión natural y automática es defender a Líbano contra cualquier Ejército que pueda entrar en territorio libanés”, dijo el exgeneral del Ejército libanés Hassan Jouni. “Por supuesto, si el enemigo israelí entra, defenderá, pero dentro de la capacidad disponible (…) sin llegar al punto de la imprudencia o el suicidio”.
Esta invasión israelí en Líbano es la cuarta que hacen sus tropas en el país vecino en los últimos 50 años. En la mayoría de sus invasiones previas el Ejército libanés también jugó un papel secundario similar.
La única excepción, dijo Aram Nerguizian, experto asociado de alto nivel del Center for Strategic and International Studies, con sede en Washington, fue en 1972, cuando Israel intentó crear una franja de separación de 20 kilómetros (12 millas) para repeler a los combatientes de la Organización de Liberación de Palestina.
Entonces, dijo Nerguizian, el Ejército libanés logró reducir el ritmo del avance israelí y “ganó tiempo para que el liderazgo político en Beirut buscara la intervención de la comunidad internacional para presionar a Israel para un cese el fuego”.
Pero la situación interna en Líbano —y la capacidad del Ejército— se deterioraron con el estallido de una guerra civil en 1975 que duró 15 años, un tiempo en el que fuerzas israelíes y sirias ocuparon partes del país.
Hezbollah fue la única facción autorizada a conservar sus armas tras la guerra civil, con el objetivo declarado de resistir la ocupación israelí en el sur de Líbano, que terminó en 2000.
Para 2006, cuando Hezbollah e Israel libraron una dura guerra de un mes, el Ejército libanés “no había podido invertir en ninguna modernización real de posguerra, no tenía capacidad de detener la potencia aérea israelí” y “quedó completamente expuesto”, dijo Nerguizian. Las pocas veces que los dos contingentes combatieron desde entonces, señaló, las fuerzas libanesas se vieron “totalmente superadas”.
Después de que en 2011 estallara una guerra civil en Siria y del auge del grupo armado Estado Islámico allí, el ejército libanés recibió una nueva ronda de ayuda militar. Logró combatir con éxito a EI en la frontera libanesa en 2017, aunque no por sí mismo: Hezbollah también atacaba al grupo desde el otro lado de la frontera.
Cuando el sistema financiero y monetario libanés colapsó en 2019, el Ejército se llevó un golpe. No tenía presupuesto para comprar armas ni para mantener sus suministros, vehículos y aeronaves. El salario medio de un soldado equivale ahora a unos 220 dólares al mes, y muchos se buscaron un segundo empleo. En un momento dado, tanto Estados Unidos como Qatar costeaban un subsidio mensual para los salarios de los soldados.
Estados Unidos había sido un importante benefactor del Ejército libanés antes de la crisis. Desde 2006 ha proporcionado unos 3.000 millones de dólares en ayuda militar, según el Departamento de Estado, que indicó en un comunicado que aspira a “capacitar al Ejército libanés para que sea una fuerza de estabilización contra amenazas regionales” y “reforzar la soberanía de Líbano, asegurar sus fronteras, hacer frente a amenazas internas y trastocar las actividades terroristas”.
El gobierno del presidente Joe Biden también ha descrito al Ejército libanés como una pieza clave de cualquier solución diplomática a la guerra actual, con esperanzas de que un despliegue mayor de sus fuerzas pueda sustituir a la presencia de Hezbollah en la zona fronteriza.
Pero ese apoyo tiene límites. En ocasiones, la ayuda al Ejército libanés ha resultado controversial en la política interna estadounidense y algunos legisladores alegan que podría caer en manos de Hezbollah, aunque no hay pruebas de que eso haya ocurrido.
En Líbano, muchos creen que Estados Unidos ha bloqueado el acceso del Ejército a armamento más avanzado que pueda permitirle defenderse de Israel, el aliado más importante de Washington en la región y que ha recibido al menos 17,900 millones de dólares en asistencia militar estadounidense en el año desde que comenzó la guerra en Gaza.
“Mi opinión personal es que Estados Unidos no permite que el Ejército (libanés) tenga equipamiento avanzado de defensa antiaérea, y este asunto está relacionado con Israel”, dijo Walid Aoun, general retirado del Ejército libanés y analista militar.
Nerguizian dijo que esa idea “no es una conspiración ni una verdad a medias”, y señaló que Estados Unidos ha aprobado un requisito legal de apoyar la ventaja cualitativa militar israelí en relación con los otros ejércitos de la región.