De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- Un tabasqueño versado en política advierte que la llamada ‘Cuarta transformación’ enfrenta un riesgo de crisis en Tabasco por el retorno al gobierno, de la mano de la 4T, de los grupos de Manuel Gurría Ordóñez y Roberto Madrazo Pintado para desplazar a la corriente de Andrés Manuel López Obrador. Quizá, cavila el reportero, el punto de equilibrio lo ponga Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, quien cohabita con ambas camarillas.
A la semilla de la inconformidad no se le ven aún sus primeras raíces porque el régimen posee el control de la estructura social: la fortaleza del presidente López Obrador sigue estando muy estable en su tierra natal, lo cual blinda de alguna manera a la administración de Adán Augusto.
La gresca por la llegada de priístas al gobierno de Tabasco empezó desde el momento mismo que se dio a conocer el gabinete de López Hernández, pero siempre se mantuvo como silencio en el bullicio.
Solo se sabía de una exfuncionaria que, en redes sociales, por ser excluida de la nómina, se ha dedicado, incluso con insultos, a blasonar que el ahora secretario de Gobernación “traicionó” al movimiento de AMLO por plagar a su administración con allegados priístas.
Sin embargo, el quiebre se presentó hace poco que Raúl Ojeda Zubieta, excandidato a la gubernatura, censuró a dos expriístas desacreditados por su experiencia en guerra sucia, a quienes se les atribuye urdir la campaña difamatoria contra López Obrador en la década de los noventa.
El movimiento prendió rápido acaso porque Ojeda no es un tabasqueño más, sino parte del movimiento que se desprendió del PRI cuando el priísmo era hegemónico, y se agregó al grupo de idealistas que con AMLO al frente empezó a luchar para llegar al poder, lo cual se logró tres décadas después en la nación.
Una exploración en redes sociales sobre la postura de Ojeda encontró que la inconformidad contra priístas vinculados a Manuel Gurría y Roberto Madrazo, detonó con fuerza ahora.
De hecho, puede hablarse de un antes y un después en la crisis interna prevista en el vinotinto para 2024.
Algunos analistas son de la idea, ya desde ahora, que Adán Augusto podría regresar a Tabasco antes de que concluya la gestión de López Obrador: la semilla de la inconformidad ya está sembrada y solo basta regarla para que se reavive al empezar el ajetreo por la designación del candidato morenista que defenderá la plaza dentro de tres años.
Este escenario posiblemente ya ha sido registrado por la clase gobernante y por eso hace unos días Raúl Ojeda se enteró “en vivo”, mientras le hacían una entrevista de radio, que iba a ser enviado como delegado de Morena al estado de Morelos.
Es decir, hay la intención de que el excandidato sea “sacado” de la entidad, toda vez que ya es del dominio público que los fundadores del partido de AMLO van a respaldar a un “auténtico” cuadro de la izquierda para la Quinta Grijalva.
Aun con la entereza de la figura presidencial en Tabasco, persiste el escenario de que dentro de tres años la militancia “de abajo” truene contra la clase gobernante que quiere afianzar la estructura del gurriísmo-madracismo en detrimento del andresmanuelismo.
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LOS POLÍTICOS SIGUEN creyendo que el poder es eterno y que los periodistas son una especie subhumana que debe ser combatida con todo el peso del Estado. Los impresentables son ellos.