enero 9, 2023

Golpismo en Brasil

Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- Brasil vivió este fin de semana una jornada violenta que cruzó la línea de la manifestación social y se adentró en el golpe de Estado.

Seguidores del expresidente Jaír Bolsonaro irrumpieron violentamente en la sede de la presidencia, el Palacio do Planalto, y en las instalaciones del Supremo Tribunal Federal, así como en la sede del Congreso.

La turba causó destrozos en las instalaciones y destruyó documentos oficiales, sobre todo en el Supremo Tribunal Federal, en donde desprendieron la puerta de la oficina del juez Alexandre de Moraes.

La prensa calificó como un hecho inédito en la historia de la política brasileña la irrupción violenta de los seguidores de Bolsonaro que no aceptan el triunfo de Lula da Silva.

En el palacio presidencial la destrucción fue generalizada, y sólo la oficina de Lula no sufrió daños porque la puerta resistió a los embates de la turba.

Previo al ataque de las instalaciones de los poderes del Estado, cientos de manifestantes habían llegado a Brasilia en autobuses en una acción perfectamente coordinada.

Según los cálculos se habrían reunido entre seis y 10 mil manifestantes que habrían llegado desde las provincias de  Brasil.

De acuerdo con los primeros datos del gobierno de Lula, la organización de los manifestantes fue financiada por empresarios que ya están en proceso de identificación y la violencia se desató ante la inmovilidad de las autoridades de Brasilia.

Lula anunció una intervención de las fuerzas de seguridad y culpó directamente a Jaír Bolsonaro por los “actos de terrorismo” que cimbraron a Brasil este domingo.

Según las declaraciones del presidente brasileño, Bolsonaro estimuló con sus discursos a lis “fascistas” para invadir la sede de los poderes en Brasil.

Brasil ha experimentado una confrontación política muy intensa luego de la elección presidencial en la que Lula regresó al poder porque Bolsonaro no reconoció el triunfo y sus seguidores han mantenido las protestas.

El objetivo de los seguidores de Bolsonaro poco antes de que se declarara a Lula el triunfador de las elecciones, era que se anularán los resultados de la votación.

Jaír Bolsonaro, desde su autoexilio en Estados Unidos, se ha mostrado ambiguo frente al golpismo de sus seguidores, y en una primera declaración condena con tibieza lo ocurrido este domingo:

“Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy (ayer), así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”.

El golpismo en Brasil se suma al intento de golpe de Estado que ejecutaron los seguidores de Donald Trump en el Capitolio, en Estados Unidos, dos hechos que avergüenzan sin duda a la democracia en América.

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