Agencias/ Ciudad de México.- El primer bimestre de 2021 no ha iniciado favorablemente para México. Al lento proceso de vacunación que le antecedió el regreso al semáforo rojo y después de superar el semáforo rojo en la zona metropolitana de la CDMX por el pico en el número de contagiados y fallecidos por Covid-19, ahora se suma la emergencia por la falta de gas natural.

Este último factor también provocará estragos en la economía mexicana, quizás serán temporales ya que la emergencia está determinada en gran medida por un fenómeno meteorológico, pero ha demostrado la fragilidad del sector energético mexicano justo cuando éste se encuentra sujeto a fuertes ajustes, de manera especial una contrarreforma eléctrica propuesta por el jefe del ejecutivo nacional, que busca regresar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) las condiciones monopólicas y altamente contaminantes en las que operó hasta los años 2013-2014.

La crisis tiene un origen internacional pero, una vez más, golpea a nuestro país por su fragilidad y, porque si bien la reforma energética de 2013 no había arrojado los resultados esperados, los dos años recientes simplemente se desmantelaron los avances registrados y se expuso al país a una eventual crisis energética en el mundo o en Estados Unidos, que llegó.

Ayer mismo, el gobernador de Texas, Greg Abbot, emitió una orden para prohibir la venta de gas natural fuera de las fronteras del estado, con vigencia hasta el 21 de febrero. Pocos días, pero suficientes para provocar alteraciones en los precios y presiones diversas sobre industria, comercio y economía de Texas y de otras partes de Estados Unidos y, por supuesto, México.

De hecho, México resultará muy afectado, varios son los puntos por donde puede golpear a la economía, para empezar, los precios del commodity se han disparado a niveles inimaginables.

La atípica tormenta invernal en Texas desde el fin de semana pasado empezó a disparar los precios internacionales del gas natural, las cotizaciones son una locura, los operadores y analistas coinciden en que no se sostendrán en el largo plazo, pero provocarán graves estragos que tardarán tiempo en evaporarse.

Para darnos una idea, en diciembre del año pasado la unidad de medida del gas natural, el BTU, cerró en 2.03 dólares el millar, mientras que entre el lunes y miércoles de esta semana se llegaron a registrar cotizaciones de hasta 600 dólares por millar de BTU, eso produjo una enorme escasez en el mercado, en medio de la peor tormenta invernal que haya azotado la parte sur de Estados Unidos, al menos Texas, en más de 60 años.

Texas es clave para Estados Unidos y para México en la producción de gas natural. De hecho, es el estado de la Unión Americana que más produce esta materia prima. Gracias al gas texano nuestro vecino del norte es a su vez el mayor productor de gas natural en el planeta, seguido de Rusia, Irán, Canadá y China en el top 5.

Por si fuera poco, en Texas es, o era hasta el lunes, el sitio donde se producía el gas natural más barato del planeta. Los precios actuales definitivamente se corregirán, pero dejarán secuelas.

Texas será clave para la economía mexicana no sólo las siguientes semanas, sino por mucho tiempo; 95 por ciento del gas natural que se importa viene de esa parte del mundo a través de ductos.

Cifras de la Secretaría de Energía (Sener) señalan que nuestro país compra en el exterior 5 mil 479 millones de pies cúbicos diarios de gas natural. La autosuficiencia energética es un asunto de muy largo plazo, en caso de concretarse, mientras seguiremos expuestos a los vaivenes globales

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