Agencias/Ciudad de México.- Un grupo de pacientes que participó en un estudio preliminar sobre la vacuna rusa contra el coronavirus desarrolló una respuesta inmunitaria sin efectos indeseables graves, según publicó el viernes la revista The Lancet.
Estos resultados no prueban sin embargo que la vacuna, bautizada Sputnik V, proteja eficazmente contra una infección del COVID-19, debido a que son necesarios otros estudios, afirmaron varios expertos.
El 11 de agosto de 2020, las autoridades rusas anunciaron que su vacuna entraba en la tercera y última fase de ensayos clínicos, pero que no iban a esperar los resultados de esta, en la que “participan miles de personas”, puesto que su intención era aprobarla en septiembre.
El anuncio fue acogido con escepticismo por muchos investigadores y algunos países como Alemania, que dudó sobre su eficacia y seguridad, debido sobre todo a la ausencia de datos públicos sobre los ensayos conducidos hasta el momento.
El Presidente Vladimir Putin también afirmó que la vacuna garantizaba una “inmunidad duradera” al COVID-19.
La Sputnik V consta de dos componentes diferentes, administrados en dos inyecciones con tres semanas de intervalo, indicó el estudio publicado en la revista médica The Lancet.
Se trata de una vacuna de “vector viral”: utiliza dos adenovirus humanos (familia de virus muy común) transformados y adaptados para combatir el COVID-19.
La publicación se basa en dos pequeños estudios, realizados con dos formulaciones diferentes del Sputnik V, entre 76 adultos voluntarios en buen estado de salud.
Ambos concluyeron que ninguno de los dos componentes de la vacuna provocó “efectos indeseables graves” y que su administración sucesiva “genera la producción de anticuerpos”.
Fueron realizados entre el 18 de junio y el 3 de agosto por investigadores de los ministerios rusos de Sanidad y Defensa y financiados por el primero.
Según la OMS, hay 176 proyectos de vacunas en curso en el mundo, de los cuales 34 están en fase de ensayos clínicos, lo que significa que empezaron a ser probados en seres humanos. Entre estos, ocho se hallan en la fase tres, la más avanzada.