Agencias, Ciudad de México.- Para los fans del arqueólogo interpretado por Harrison Ford, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal es la peor película de la franquicia de Lucasfilm. Bueno, con el lanzamiento de la quinta y última entrega, Indiana Jones y El Dial del Destino, las opiniones se dividieron. En su momento, la cuarta aventura de esta figura del cine fue completamente destrozada por los fans y aunque la crítica no fue muy protectora le otorgó una de sus peores calificaciones, la cual al verla no transmite el mismo sentimiento de los espectadores.
En 2008 ya se creía que esta era la última ocasión en que se iba a ver a Ford interpretando este papel, incluso con Steven Spielberg nuevamente en la dirección. Sin embargo, a pesar de que recurre a ciertos elementos familiares de la serie de películas, fue considerada como una terrible “despedida” para el personaje. Para muchos fue un desperdicio que no pudieron evitar, pero podemos decir lo mismo de su secuela, anunciada como la última del actor, que dividió a la crítica y al público ya que para algunos es una despedida decente y para otros no. Al menos esta película no ha sido tan polémica como la del Reino de la Calavera de Cristal que presenta escenas que pusieron a Indy en momentos que no tenían sentido y que los fans no olvidan hasta la actualidad.
Lo cierto es que la cuarta película de Indiana Jones podría haber sido la mejor de todas, y tal vez la última (aunque eso se creyó con el estreno de Indiana Jones y la última cruzada), pero en su proceso terminó evolucionando, o más bien retrocediendo hasta deshacerse de muchas cosas geniales que habrían elevado su calidad y por supuesto la aventura propuesta, en lugar de lo que se convirtió para el momento en el que llegó a los cines. El filme suele ser criticado porque se aleja de los temas tratados en las historias anteriores, su guión es débil y tuvo una mayor dependencia en los efectos especiales. El concepto original fue superior y fue desarrollado por un guionista que estuvo en contacto con Steven Spielberg, pero este nunca se produjo y se volvió a trabajar hasta convertirse en lo que conocemos como Reino de la Calavera de Cristal.
Hubo una versión temprana de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal que ya tenía una configuración muy similar debido a que incluía algunos de sus personajes más relevantes, el respectivo macguffin y otros detalles; algunos de estos elementos eran idénticos a lo que llegó a la pantalla grande mientras que otros pasaron por varios cambios. Ese guión tenía como título Indiana Jones and the City of Gods (la ciudad de los dioses en su traducción textual) y fue escrito por Frank Darabont , conocido por su trabajo en Sueños de Libertad, Milagros Inesperados y The Mist, quien además obtuvo dos nominaciones al Óscar por guión y dirección. Cabe destacar que antes de su éxito en el cine, ya se encargó de Indiana Jones cuando escribió un par de episodios de The Young Indiana Jones Chronicles, serie creada por George Lucas que fue cancelada y terminó con cuatro películas hechas para la televisión.
Indiana Jones and the City of Gods iba a ser la secuela, y empezó a tomar forma en los años 90 cuando Lucas aprovechaba su tiempo fuera de Star Wars para pensar en ideas que podrían convertirse en una película. Él siempre se acompañaba de varios guionistas para desarrollar el nuevo material, pero sentía que ya había agotado el concepto de llevar a Indy a los años 30, además de que el actor principal ya se estaba haciendo mayor, así que decidió hacer algo diferente. Según ScriptShadow, Indiana Jones va en busca de la famosa “ciudad perdida de los dioses”, que se supone contiene en su interior todo el conocimiento del universo. El sitio menciona que 7 u 8 escritores pasaron por el proyecto y Darabont fue uno de ellos antes de que Spielberg se decidiera por David Koepp . También se revela que Darabont estaba decepcionado porque tanto el director como George Lucas estaban “muy distraídos” y le parecía imposible complacer a los dos. Spielberg estuvo contento con su guión pero Lucas no.
Aunque esta temática en particular no fue del agrado de todos, estuvo en el guión original. La razón para que George Lucas decida explorarla se debe a que creyó que había agotado el concepto de aventura en la década de 1930 y decidió hacer una historia en otra época. Así fue que llevó al personaje a los años 50 y tomó prestada una temática popular de ese entonces: las películas paranoicas de ciencia ficción que tenían aliens como villanos. Entonces, a los escritores a los que contactaba les daba sus ideas, las cuales se resumen en que Indiana Jones pelea contra los rusos y descubre evidencia sobre la vida alienígena en civilizaciones antiguas. En 1995, el guión se titulaba Indiana Jones and the Saucer Men (Indiana Jones y los hombres del platillo) que ya incluía escenas como aquella en la que Indiana sobrevive a una explosión de bomba nuclear ocultándose dentro de una refrigeradora. La diferencia es que la historia se centraba más en platillos voladores y el combate contra los extraterrestres, pero el lanzamiento de Día de la Independencia hizo que el proyecto se quede en espera.
El ingreso de Frank Darabont se dio a principios del nuevo milenio, donde pasó un año entero puliendo la historia y trabajando de cerca con Steven Spielberg (vía The Force). Allí dijo que se esforzó en darle al cineasta un guión que pudiera amar. Pese a que no terminó bien para él, se pueden encontrar borradores del guión en línea donde se puede comprobar que conserva muchos elementos clave de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, pero sabe aprovechar sus recursos de una mejor manera y por ende resulta una historia más atractiva.
Cate Blanchett interpreta a Irina Spalko, la villana principal, y a pesar de ser buena actriz en la película no convenció con su acento exageradamente ruso, además de que su vestuario y peinado no la hacía ver tan seria. Este personaje no aparece en dicho guión, el cual tiene varios villanos. El más llamativo de ellos es el presidente de Perú, quien trata de usar al protagonista para encontrar la ciudad y obtener el crédito. Eliminar la historia de Spalko hace que la película sea menos tonta ya que no posee el mismo nivel de amenaza de otros que han pasado por la franquicia. Otro que no aparece es Mutt (Shia LaBeouf), el joven que consigue que Indiana busque a su madre en Perú; aquí resulta que Marion es la madre y nuestro protagonista el padre. El guión de Darabont deja de lado este drama porque Mutt no existe en él y en cambio Indiana se va en busca de los rusos que han tratado de engañar a la gente diciendo que es un comunista traidor y la única manera de limpiar su nombre es encontrando el artefacto o lugar que tanto busca. Este cambio también significa que tanto Indiana como Marion vuelven a coquetear cuando se encuentran, lo que añade más diversión a la historia.
El guión suma una aparición significativa de Sean Connery como el padre de Indiana Jones, y también regresa Sallah (John Rhys-Davies). Estos personajes no estuvieron en la cuarta entrega, aunque se reportó que a Connery se le había pedido volver pero lo rechazó. Aunque se pueden considerar como fan service, el reporte de ScriptShadow menciona que se convirtieron en un gran aporte ya que aportan una cuota entrañable y familiar a la historia.
Quien ha visto el Reino de la Calavera de Cristal sabe que al final encuentran la ciudad perdida en Perú y que hacen contacto con alienígenas que acaban con la vida del villano. El guión de Darabont tiene una estructura muy similar, con la diferencia que permite al espectador saber más de los aliens ya que les da líneas de diálogo con las que proveen de un mayor trasfondo sobre su presencia. Las criaturas les ofrecen cumplir con sus deseos, lo que por supuesto termina con la ambiciosa vida de los rusos, mientras que Indy lo piensa pero al final se da cuenta de que lo que más anhela es el amor de Marion. De esta manera, la boda tiene un significado más profundo que en la película que llegó a cines.