Texto Periódico Marca/Alava.- Mendizorroza marca la temporada del Real Madrid. Una derrota demoledora, en el último suspiro, pone en jaque el proyecto de Lopetegui, con un parón por delante larguísimo. El gol en el último instante castigó otro partido completo sin acierto de los blancos. Con Bale, Ceballos y Benzema, o con Asensio, Mariano y Vinícius. Probó todo Lopetegui para sacar del atolladero a un Madrid peleado con el gol. El mejor argumento para romper el duelo fueron las internadas de Odriozola. No mereció la derrota, tampoco la victoria, pero en el fútbol las inercias tienen su peso. Y los blancos se desploman. El Alavés se plantó bien, aguantó el partido concediendo pocas ocasiones a la espera de una contra, pero encontró la suerte en un córner. El triunfo de la fe.
Cambió el Madrid la manera de entrar al partido, pero no varió el resultado. Seis horas y cuatro minutos sin marcar. Pese al inicio intenso, pese al control de la pelota en cifras de goleada (76%), no atinó con la forma de ponerse en ventaja. Cinco ataques en los diez minutos, con una buena intervención de Pacheco a remate esquinado de Ceballos, marcaron el territorio pero no rompieron el duelo, y con los minutos el Alavés se fue encontrando cómodo.
Lopetegui tenía que tocar algo tras el naufragio de Moscú. Mantuvo la confianza en Benzema, que sintonizó bien con Bale en Montilivi, y ordenó reposo para Marco Asensio. La mantuvo en Ceballos, que actuó en punta. Claro que el utrerano es jugador de tocar mucha bola y se descolgó a la medular para intervenir en el juego. Arriesga mucho en las conducciones, y eso conlleva pérdidas innecesarias.
Como si esperara la jugada, Abelardo primó el orden sobre la velocidad. Lo prioritario, no conceder espacios para la contra y buscar la contra por medio de Jony. Se encontró el zurdo con la mejor réplica posible, la profundidad de Odriozola, que buscó su espalda constantemente. De hecho, ambos ofrecieron los mejores servicios desde sus costados para abrir el melón. El babazorro, en un centro que Ibai no atacó, que remató Calleri y sacó Varane bajo palos.Y el madridista, con dos servicios estupendos que Laguardia y Maripán sacaron de la cabeza de Bale.
El caso es que, con más dominio que peligro, con más tensión que juego, la sequía al descanso obligó a intervenir a Lopetegui, que relevó a Benzema por Mariano. Al poco de saltar al verde encontró el 7 una pelota ideal para el mano a mano. Se perfiló para la zurda, pero tiró otro recorte y perdió la bola. Sí, ofreció Mariano presencia en el área, incluso juego de espaldas y descarga para los medios, pero no le llegó alimento más allá de un centro forzado de Bale al que no llegó por poco.
Entró Asensio con media hora por delante, y Abelardo también arriesgó metiendo a Sobrino por Ibai. Más fichas en busca de la contra ganadora, sobre todo con el Madrid desprotegido en busca del gol ganador. No amenazaba el Alavés hasta que lo hizo de veras. Calleri pivotó en la medular para Jony que escapó en solitario, ajustó el zurdazo y se le fue por milímetros junto al palo, acosado por Varane.
La ocasión del Alavés agarró al Real Madrid desconcertado. Cojeaba Bale, Vinícius estaba preparado para sustituirle y el galés, en lugar de retirarse, aguantó hasta rematar una falta directa. Lo mejor para un músculo tocado, oiga. Blocó Pacheco y llegó el cambio, así que el Madrid afrontó el último tramo con Asensio, Mariano y Vinícius en punta. No hubo prácticamente remates, con Pacheco tocado desde un choque con Mariano. Y en el último instante, un córner desató el pánico en el Madrid. Balón al segundo palo, Courtois a media salida, cabezazo de Sobrino y Manu hizo historia. Casi nueve décadas sin que Vitoria disfrutara de un triunfo frente al Madrid. El Glorioso es colíder. Premio al trabajo bien hecho.