Lo que ocurrió el martes 24 de octubre en el estadio Ciudad de los Deportes, CDMX que al tener una asistencia muy menor a la esperada obligara a no asistir a Claudia Sheinbaum, después de 3 horas, no es algo menor.
PorRaúl Caraveo/Ciudad de México.- El famoso; “Si hoy fueran las elecciones” bla, bla, bla. Es una fotografía del momento, según las encuestas serias, Morena sería la líder con alrededor de 50% de la intención del voto. Pero, no hay contrincantes serios, Xóchitl es un chiste, solo eso. La contienda oficial no empieza y los registros son provisionales, Claudia Sheinbaum acapara 46% de la intención, sin contrincante; salvo un punto de comparación con otra mujer nada seria. Es decir miel sobre hojuelas.
La realidad que muy pocos se atreven a describir es la que existe cuando levantamos los manteles, la mesa y la alfombra.
Claudia ya no va a crecer más como candidata, de hecho sus presentaciones públicas dan mucho que desear; las nuevas adquisiciones son de pena; el discurso político que maneja no es original, no es novedoso; a su paso es asediada por cientos de personajes que –en una acostumbrada desbandada de búfalos- (al estilo príista de los ochentas) se incorporan a su equipo. Claudia cree que es el año 2018 y que –como AMLO- tendría que aceptar toda la basura reciclada para garantizar una máxima votación que no pusiera en peligro su triunfo, ganar con alto índice. Entonces era el tercer intento de López Obrador. Hoy las cosas son distintas, muy diferentes; el voto se respeta y los ciudadanos cuidan ese sufragio; los delitos electorales son severos; las campañas son vigiladas y sancionadas, existe el liderazgo de las redes sociales y ese es un instrumento ciudadano, libre y espontáneo. Vamos por partes el tema central del discurso político de Claudia es la unidad.
La oposición formal de la fuerza más importante, la alianza PAN-PRI-PRD está en estado de coma. Entonces ¿no hay oposición? Pues no, no todo el horizonte está despejado.
Aún no comienza el proceso electoral formal y un tema que preocupa por todo el país es precisamente el de la unidad al interior de Morena, la real oposición se está gestando en la esencia de Morena, en los líderes, fundadores, referentes; desde el interior y se va esparciendo primero a sus familiares, amigos y simpatizantes. Hoy no se trata de apoyar a Andrés Manuel López Obrador sino de continuar en un movimiento el de la cuarta transformación que –al parecer- se ha ido desdibujando –por sus políticos secundarios- a grandes pasos, muchos son los elementos que apoyan este argumento y carecemos del espacio. Lo que ocurrió el martes 24 de octubre en el estadio Ciudad de los Deportes, CDMX que al tener una asistencia muy menor a la esperada obligara a no asistir a Claudia Sheinbaum, después de 3 horas, no es algo menor. Ni son válidas las explicaciones de Mario Delgado.
Es muy pronto para hacer juicios, pero la vigilancia de los órganos electorales; INE y TEPJF, y la falta de apoyo por parte de los medios de comunicación tradicionales también juegan en las elecciones. Mientras esto ocurre la oposición y partidos hacen su juego de alianzas y primarias para no ser solo testigos sin posibilidades. Faltan poco más de 7 meses para el domingo 2 de junio de 2024.
Los líderes de Morena en los estados gobernados por ellos y ellas pareciera que no quieren entender la importancia del concepto de unidad al interior de Morena con y para las bases que construyeron el movimiento desde mucho antes de sus afiliaciones. El López Obradorismo y el Morenismo no nació en 2018 sino muchos años antes.
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