Agencias, Ciudad de México.- Científicos del PSI (Planeatry Science Institute) han descubierto evidencia de posibles glaciares de sal en Mercurio, abriendo una nueva frontera en astrobiología.
“Nuestro hallazgo complementa otras investigaciones recientes que muestran que Plutón tiene glaciares de nitrógeno, lo que implica que el fenómeno de glaciación se extiende desde los confines más calientes a los más fríos dentro de nuestro Sistema Solar. Estas ubicaciones son de vital importancia porque identifican exposiciones ricas en volátiles en la inmensidad de múltiples paisajes planetarios”, dijo en un comunicado Alexis Rodríguez, autor principal de un artículo publicado en The Planetary Science Journal.
El hallazgo revela un potencial ambiente volátil que puede reflejar las condiciones de habitabilidad que se encuentran en lugares extremos de la Tierra.
Unveiling Mercury's geological mysteries: Salt glaciers, primordial atmosphere, and the new frontiers of astrobiology https://t.co/9fIcJJt4aR https://t.co/KJzLdxpec5
— Phys.org (@physorg_com) November 17, 2023
La detección de composiciones superficiales elementales volátiles generalizadas, omnipresentes huecos de sublimación y extensos terrenos caóticos ha remodelado significativamente nuestra percepción del pasado geológico de Mercurio. Estas observaciones apuntan colectivamente a la presencia de estratos ricos en volátiles que se extienden a varios kilómetros de profundidad y probablemente se formaron antes del LHB (~3,8 Ga). Esta noción desafía la visión convencional de una corteza mercuriana empobrecida en volátiles.
“Estos glaciares de Mercurio, distintos de los de la Tierra, se originan a partir de capas ricas en volátiles (VRL) profundamente enterradas y expuestas por impactos de asteroides. Nuestros modelos afirman firmemente que el flujo de sal probablemente produjo estos glaciares y que después de su emplazamiento retuvieron volátiles durante más de mil millones de años“, dijo el coautor Bryan Travis.
“Específicos compuestos de sal en la Tierra crean nichos habitables incluso en algunos de los entornos más hostiles donde se encuentran, como el árido desierto de Atacama en Chile. Esta línea de pensamiento nos lleva a reflexionar sobre la posibilidad de que haya áreas subterráneas en Mercurio que podrían ser más hospitalarias que su dura superficie. Estas áreas podrían potencialmente actuar como ‘zonas Ricitos de Oro’ dependientes de la profundidad, análogas a la región alrededor de una estrella donde la existencia de agua líquida en un planeta podría permitir la vida tal como la conocemos, pero en este caso, la atención se centra en la profundidad correcta debajo de la superficie del planeta en lugar de a la distancia correcta de una estrella“, dijo Rodríguez.
“Este descubrimiento innovador de los glaciares de Mercurio amplía nuestra comprensión de los parámetros ambientales que podrían sustentar la vida, añadiendo una dimensión vital a nuestra exploración de la astrobiología, también relevante para la habitabilidad potencial de exoplanetas similares a Mercurio”, agregó.
Se proponen tres mecanismos potenciales para la desintegración de los VRL en la región polar norte de Mercurio: intrusión magmática posterior al LHB, impacto combinado de erupciones solares y eventos solares extremos con un campo magnético dipolar más fuerte, e intensificación gradual del calentamiento solar. Además, una extensa actividad volcánica podría haber ocultado efectivamente estos VRL en otras regiones del planeta, proporcionando una posible explicación para la distribución relativamente escasa de terrenos caóticos en Mercurio y su ausencia en la región polar sur. Por lo tanto, nuestra evaluación es que los VRL de Mercurio se ubicaron inicialmente como un depósito estratigráfico global, que aún podría conservar mucha continuidad lateral.