Agencias/ Ciudad de México.- Human Rights Watch acusó a la agencia de fronteras y guardacostas de la Unión Europea de complicidad en los abusos a migrantes cometidos por Libia, al permitir que los guardacostas del país norteafricano intercepten botes migrantes que intentan cruzar el Mar Mediterráneo para llegar al sur de Europa.
Tras una investigación publicada por HRW, la organización con sede en Nueva York concluyó que la agencia, conocida como Frontex, emplea su tecnología de vigilancia aérea para ayudar a las fuerzas libias a localizar los barcos migrantes, y no a otras organizaciones de rescate o buques mercantes que también navegan por el Mediterráneo.
Miles de migrantes que intentan llegar a Europa pasan cada año por Libia, donde ha florecido un rentable negocio de contrabando y tráfico de personas. El país lleva años dividido entre dos gobiernos rivales en el este y el oeste, cada uno respaldado por diferentes grupos armados y gobiernos extranjeros.
El año pasado se reportaron 2,062 muertes o desapariciones tras intentos de llegar a Europa en barco, según el Proyecto Migrantes Desaparecidos, dependiente de una agencia de Naciones Unidas.
Los sobrevivientes capturados por guardacostas libios y que son devueltos al país enfrentan un futuro incierto. Miles de migrantes han sufrido torturas, violencia sexual y extorsión a manos de los guardias en centros de detención en toda Libia.
Se supone que esos centros están gestionados por las autoridades interinas libias, pero en la práctica siguen bajo control de milicias conocidas.
“Al alertar a las autoridades libias de barcos que llevan migrantes, sabiendo que esos migrantes serán devueltos a un trato atroz, y pese a tener otras opciones, Frontex es cómplice del abuso”, afirmó Judith Sunderland, directora asociada de Human Rights Watch.
Según el reporte, Frontex comenzó a utilizar drones desde su base en Malta en mayo de 2021 para sobrevolar la costa libia.
La estrategia no ha tenido “un impacto significativo” a la hora de reducir el número de muertos en travesías migrantes en el Mediterráneo, aunque aumentó el número de intercepciones de los guardacostas libios, señaló el reporte.
En un esfuerzo de frenar el flujo migratorio, la UE ha dado más de 500 millones de dólares desde 2015 al gobierno libio con sede en la capital, Trípoli. Los fondos debían reforzar el servicio de guardacostas con mejores barcos y equipamiento, y mejorar las condiciones para los migrantes en centros de detención.
Sin embargo, la política ha sido muy criticada porque grandes cantidades de dinero acabaron en manos de milicianos y traficantes, según una investigación de AP en 2019. La guardia costera libia también se ha beneficiado, y a menudo sus miembros entregan a las personas interceptadas en el mar a milicias dentro de acuerdos económicos.
El informe de HRW concluye con una recomendación de que Frontex y otros miembros de la UE desplieguen sus propios barcos en las mismas zonas donde ahora emplean drones para asegurarse de que los migrantes no vuelven a caer en manos de las autoridades libias.
Los miembros de la UE llevan años enfrentados entre sí sobre quién debe asumir la responsabilidad de los migrantes que llegan al sur de Europa. Han rechazado cualquier misión de búsqueda y rescate organizada por el bloque, con el argumento de que hacerlo sólo animaría a más migrantes a intentar el viaje.