Rodulfo Reyes
El rumor de la supuesta renuncia al PRI del empresario Dagoberto Lara, uno de los contados dirigentes municipales con ascendencia que le quedan a ese partido, da la pauta para entrar al análisis del trato que debe darle la clase dirigente tricolor a sus piezas acreditadas.
Pero, ¿quién es el conocido productor de la tierra de la piña? En 2012 disputó la alcaldía de su tierra, y a pesar de que rompió el récord de votos logrados por los últimos candidatos priístas a la presidencia municipal, sucumbió por traiciones internas.
En 2015, por la fuerza lograda tres años atrás, fue convencido de ir por una diputación local, pero de nuevo las familias que controlan al tricolor y al PRD le metieron el pie para hacerlo caer.
En 2012, aun con el empuje al sol azteca de Andrés Manuel López Obrador, el priísta referido mostró un arrastre nunca antes visto allí. Gracias a un profesional equipo de campaña, acopió unos 34 mil votos, lo que nunca antes había logrado algún aspirante a la alcaldía, pero la fuerza de AMLO fue avasalladora.
En la pasada elección intermedia, Lara volvió a crecer al buscar un espacio en el Congreso local, pero los intereses creados otra vez lo bombardearon. Y es que no es fácil participar en una elección cuando te debes cuidar del adversario de enfrente, pero también del de casa.
Los números logrados por Dagoberto indican que mantuvo una tendencia de crecimiento, pese a los tropiezos de 2012 y 2015, año en que fue el único candidato priísta a diputado que creció en el estado.
El próximo 1 de julio que el Revolucionario Institucional se apreste a librar la primera elección de la historia en que no solo no saldrá como favorito, sino con todos los pronósticos en contra y que lo ubican en tercer lugar, debe voltear la vista a sus cuadros con punch.
Dagoberto ha estado siendo “tentado” por otros partidos que le ven potencial para terminar de desbaratar al tricolor, cuya fuerza, por otra parte, radica en su capacidad de aglutinar a intereses con recursos de suyo abundantes.
Si el PRI lo incluye mandaría una señal interesante: son bienvenidos los cuadros que suman votos y poseen prestigio.
Hacer candidato a diputado plurinominal a Dagoberto nivelaría la correlación de fuerzas en ese municipio: si es visto en las campañas que arrancan a mediados del mes próximo, oxigenaría al escuálido priísmo.
PARA SU INFORMACIÓN…
AL EX GOBERNADOR DE Campeche Jorge Salomón Azar García le tocó ser delegado del CEN del PRI en Tabasco en momentos definitorios: por su oficina pasó el cambio de presidente del comité ejecutivo estatal (entró Gustavo de la Torre Zurita por Miguel Ángel Valdivia de Dios), y le tocó la tarea de sacar la candidatura de Georgina Trujillo Zentella. Nadie creía en el campechano con raíces tabasqueñas y desde que llegó se apostaba que no tardaría en regresarse por lo candente del estado de ánimo de los priístas. Pero hoy que ha terminado su ciclo en el Edén, lo menos que le pueden decir sus correligionarios es “gracias, Jorge Salomón”.
PARA ALGUNOS OBSERVADORES, la guerra sucia por la temporada electoral comenzó en días pasados con la difusión de material calumnioso contra Adán Augusto López Hernández, candidato de Morena a la gubernatura. En realidad, la inmundicia empezó a tirarse desde a principios del año pasado y tuvo como objetivo a Gerardo Gaudiano Rovirosa, a quien ya se veía como el bueno de su partido para conservar la plaza.