Agencias/Ciudad de México.- Por su estratégica localización, el Istmo de Tehuantepec, entre las regiones de Oaxaca y Veracruz, se convirtió en un punto clave. Es la zona más angosta entre los océanos Pacífico y Atlántico con recursos maderables, petróleo, minería y gran biodiversidad.
“La destrucción de la vida, agua y de los ecosistemas naturales son parte constitutiva del capitalismo que mercantiliza todo”, dijo a Telescopio el profesor e investigador mexicano Juan Carlos Sánchez Antonio, doctor en Filosofía Política.
“Esta destrucción es inherente a la actual civilización, pero veo esperanza de alternativas del cuidado de los recursos, de la poca agua que queda y de la resiliencia de la tierra a través de los pueblos ancestrales”, agregó.
La realización del corredor Interoceánico, la instalación de parques industriales, dan la pauta del interés creciente en esa región, marcada como gran parte del planeta por el calentamiento global, el narcotráfico y la descomposición social.
“El Istmo de Tehuantepec se ha convertido en una zona donde se genera una inversión muy fuerte por el tema del interoceánico que se une a la presencia del narcotráfico que, si bien ya estaba operando de una manera poco visible, ahora con las altas inversiones de capital los grupos narcos comienzan a ver al Istmo como una zona clave a nivel de conexión entre los dos océanos”, indicó el filósofo zapoteco.
“Es un paquete geopolítico muy bien pensado en todos los niveles, y que se va a encargar de aplicarse de manera sutil y gradual; y cuando sea necesario de manera directa con violencia”, destacó el entrevistado.
Sánchez Antonio sostuvo que para mejorar las condiciones actuales “hay que organizar pequeños procesos comunitarios con el fin de comenzar a pensar en actividades agroecológicas, las cuales permitan la producción de alimentos sustentables y ecológicos”.
El Corredor Transístmico en México es un proyecto de infraestructura que, a través de una conexión logística entre el Océano Pacífico y el Golfo de México, planea generar crecimiento económico en la región, además, fuentes de empleo permanentes, entre otros beneficios para el país.
Para lograrlo, busca atraer al Istmo de Tehuantepec inversiones nuevas en actividades industriales.
Entre ellas, la instalación de nuevas plantas productivas dentro de los llamados Polos de Desarrollo para el Bienestar.
De acuerdo con el proyecto del Gobierno Federal, con ello se impulsará la competitividad y se favorecerá la liquidez en la operación de los contribuyentes que realicen actividades económicas productivas en dichos enclaves.
El pasado 5 de junio, La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, difundió en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el “Decreto por el que se fomenta la inversión de los contribuyentes que realicen actividades económicas productivas al interior de los Polos de Desarrollo para el Bienestar del Istmo de Tehuantepec”.
El decreto prevé otorgar beneficios fiscales y facilidades administrativas a los contribuyentes que realicen actividades económicas productivas al interior de los polos que sean determinados como tales, conforme a la declaratoria correspondiente, por el organismo público descentralizado denominado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Los beneficios fiscales consisten, de manera general, en lo siguiente: un crédito que se aplicará contra el impuesto sobre la renta de los primeros seis años.
El crédito será de hasta 100% para los primeros tres años, y entre 50 y 90% para los siguientes tres años; la posibilidad de tomar la deducción inmediata de hasta 100% en la adquisición de activos fijos, quedando excluidos del beneficio algunos tipos de activos; y un crédito de hasta 100% que podrá aplicarse contra el impuesto al valor agregado de los primeros cuatro años.
El documento precisa que los estímulos fiscales no serán acumulables para efectos del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
