Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Nos ofrecieron amablemente para probar un Robot Conga Serie 3090, el último modelo fabricado por Cecotec, una empresa valenciana. Así que con ese ansia de «vivir en el futuro» que tenemos por aquí lo integré en casa. Hacía tiempo que no probaba uno de estos; más que «otro chisme conectado a la internet de las cosas» resulta un chisme útil para hacer lo que que casi todo el mundo preferiría no tener que hacer en persona: aspirar, barrer, fregar y pasar la mopa.

Instalar la Conga 3090 es bastante fácil; simplemente desembalar e instalar unas cuantas piezas que son las que hay que limpiar de vez en cuando, incluyendo unos cepillos laterales, la mopa y el depósito para el agua. Aparte de eso está la base de carga que se enchufa a la pared y un pequeño mando a distancia para quien no quiera agacharse. En dos minutos está montada y funcionando. El depósito de limpieza/aspiración es de 600 ml y dependiendo de lo sucia que esté la casa basta vaciarlo cada uno o dos ciclos completos. Al agua se le puede poner un poco de firegasuelos, pero el depósito es muy pequeño (~170 ml) porque el fregado es muy, muy ligero.

El «robot» o «robota» –como acabamos llamándola en casa a veces– puede funcionar de forma completamente autónoma: basta pulsar el botón de encendido y se pone en marcha, explorando, mapeando y limpiando todos los rincones de la casa hasta los que pueda llegar físicamente. Para mí eso es lo más cómodo de todo; puedes dejarla funcionando, irte de casa y al volver está todo limpio. Además, no es demasiado ruidosa: medí entre 60 y 65 dB –el ruido normal en casa es 50 dB– y desde luego es mucho menos que un aspirador convencional.

Para apañarse en la «navegación» tiene sensores para calcular el tamaño de las habitaciones y «ver» dónde están los muebles, así como un detector de choques «por si acaso» y un sistema que evita que se caiga por las escaleras. Cuando termina con su trabajo –o las baterías están en mínimos– vuelve a la base y se pone a recargar, como fiel robot completamente autónomo.

Lo mejor para que funcione bien es naturalmente despejar todo lo posible el suelo de cajas, zapatos y objetos diversos que puedan «confundirla». Excepto una vez que acabó «ahorcada» con un cable de una lámpara de pie y otra que se trabó con una alfombrilla de baño, en el resto de sus exploraciones llegó a todos los rincones. Lo mejor quizá es que es capaz de meterse por debajo de sofás, camas, sillas y mesas, siempre que haya un hueco de algo más de 35 cm de ancho y unos 10 cm de altura. Por poner un ejemplo de su habilidad, digamos que es capaz de «bailar la conga» bajo un Finnvard de Ikea, un tipo de caballete de mesa bastante popular.

La Conga también puede conectarse a Internet y manejarse desde una app en el móvil (opcionalmente). La app es gratis y está en la App Store (iOS) y Google Play (Android); además es bastante sencilla de manejar. Para configurarla hay que darle la contraseña del wifi de casa (ojo: sólo de wifi en modo 2,4GHz; no en 5 GHz), conectarse al wifi de la Conga, configurarla y luego ya se puede volver a usar el móvil con la wifi habitual porque la Conga se conectará ella sola. (A mí se me «atascó» pero la solución fue deinstalarla y volverla a instalar para configurar desde cero). Al abrir la App aparecen botones para ponerla en marcha, enviarla «a casa» (recarga), pausarla o cambiar la de modo (eco, normal, turbo), lo cual influye en la potencia de aspirado y consumo de la batería. También proporciona estadísticas e históricos: unos 55-65 minutos para 30 m² «netos» de vivienda; varía un poco según los días.

A medida que la Conga recorre la casa va generando un mapa que se puede ver en el móvil, junto con cómo se van coloreando las zonas ya aspiradas y fregadas. Parece un videojuego y es un tanto hipnotizante, la verdad, porque se ve por dónde anda el robot en tiempo real. Una vez completado el mapa se ve el plano de toda la casa junto con las zonas por donde no ha podido pasar (puertas cerradas, sillas que bloquean, etc) y se puede elegir el modo «limpiar zona» o «limpiar en un punto» para que lo repase. También hay opciones para programarla para que se mueva sólo por una zona restringida, que limpie en espiral o que aspire «el doble». El más divertido sin duda es el modo manual, que te permite manejar la Conga como si fuera un coche de carreras, con giros y adelante/atrás.

A algunos que vieron que estaba probándola les hizo gracia el lema «Imagina fregar con láser» que utiliza el fabricante; es verdad que suena muy a Estrella de la Muerte y a un robot disparando rayos láser a los papelotes y motas de polvo que encuentra por el suelo… En realidad el láser es la pieza redonda que se ve en la parte superior del robot, y se utiliza para la «lectura de superficies», es decir, para hacer el mapa. Por esto cuando la Conga arranca empieza haciendo un giro de 360° que le permite entender su entorno. Luego creo que se utiliza también para afinar la posición cuando llega a la base a recargarse –lo hace con mucha delicadeza– y puede que para distinguir si eres quien está moviéndose por el pasillo (obstáculo que va a desparecer) o una pata de una mesa.

En cuanto a la limpieza, que es de lo que se trata, hay que decir que en la casa se nota un antes y un después de que pase el robot a limpiarla, especialmente cuando hace la ronda un par de veces al día y recoge después de que caigan migas al suelo o tras los típicos trabajos de bricolaje que dejan todo lleno de polvo (es buena ayudante para eso). Es especialmente buena repasando los bordes con paciencia y muchos movimientos. La aspiradora también recoge todo tipo de pelos de animales –y humanos– y sobre este punto hay que decir que curiosamente «se lleva bien» con las mascotas (al menos el perro ni se asustó con ella ni intentó atacarla como si fuera una enemiga invadiendo su territorio – aunque quizá dependa del tipo de perro, claro).

Lo que más me gustó al respecto es que no tiene mucho mantenimiento:quitar el depósito de carga es fácil y limpio (está bajo la tapa superior y se abre con una tapa sin ensuciar nada); recargar el agua son dos segundos bajo cualquier grifo. Eso sí: barrer, aspirar y pasar la mopa para atrapar suciedades lo hace muy bien pero el fregado es bastante ligero. No reemplaza a un fregado a fondo convencional, pero lo bueno es que seca muy rápido – y dejando que sea la Conga quien friegue a diario, dura mucho más. De vez en cuando hay que limpiar la mopa, y con el tiempo comprar recambios. También conviene asegurarse de que el depósito y la mopa no goteen porque si no cuando está esperando en la base puede humedecer demasiado esa zona del suelo (me pasó).

El precio de la Conga Series 3090 es de 349 euros (aproximádamente unos $8,000 MXN) y se puede adquirir directamente en la tienda online del fabricante (donde también hay otros modelos más sencillos). Es algo más cara que una aspiradora convencional, pero también hace muchas más cosas y sobre todo ahorra tiempo en casa, que es de lo que se trata, aunque de vez en cuando necesite algo de ayuda o un repasito.

Fuente: Cecotec.

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