Agencias, Ciudad de México.- Romelu Lukaku apareció cuando más le necesitaba su equipo. Cuando el empate ante el Oporto era lo más probable, emergió la versión de ese ariete belga que fue la estrella del Inter hace no tanto. Con un gol clave en San Siro, Lukaku tumbó al Oporto (1-0) y acercó los cuartos de final al Inter.
Comenzó en San Siro un partido lleno de incertidumbre, de miedos y de respeto. Tanto al rival como a la competición. Inzaghi y Conceincao fueron los únicos que regalaron una sonrisa antes de término de los noventa minutos y fue en el saludo previo, en un reencuentro entre dos excompañeros en aquel Lazio que ganó el ‘Scudetto’ en el 2000.
“Todos estamos realmente contentos con la victoria. Era muy importante obtener el resultado”, comentó Lukaku, quien ingresó como suplente. “Queríamos anotar también un segundo gol, pero logramos ganar el partido”.
Fueron los primeros goles de Lukaku desde octubre, para elevar su factura a tan sólo cuatro desde el receso entre campañas, cuando regresó del Chelsea, en medio de una serie de lesiones y bajo nivel futbolístico.
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Otávio, mediocampista del Porto, fue expulsado por recibir una segunda tarjeta amarilla, a 12 minutos del final. La primera amonestación se derivó de un altercado con Federico Dimarco al final del primer tiempo.
“Pasé por meses realmente difíciles con la lesión, pero estoy contento por encontrarme disponible de nuevo y por ayudar a que obtuviéramos el triunfo”, añadió. “No soy individualista, sólo pienso en el Inter, en hacer lo mejor por el Inter”.
El encuentro de vuelta está previsto para el 14 de marzo en Oporto.
“Pienso que (la segunda cartulina amarilla) estuvo correcta; los últimos 10 minutos fueron difíciles para nosotros”, consideró el técnico de Porto, Sérgio Conceição. “Pero hubo también jugadores del Inter que merecieron ser amonestados. Lautaro (Martínez) debió llevarse la amarilla y no habría jugado la vuelta… No sé si eso fue correcto. Decidan ustedes”.
Inter ha perdido sólo un encuentro desde comienzos de noviembre, mientras que Porto llegó al compromiso montado en una racha invicta de 22 duelos y sólo aceptó dos goles en sus últimos 11 duelos.
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Martínez estaba candente frente al arco, pero a los 13 minutos envió por encima del arco un cabezazo que parecía un gol cantado.
Inter estuvo más cerca cinco minutos después, pero el arquero Diogo Costa reaccionó de inmediato para rechazar con los puños un tiro-centro de Hakar Canhanoglu.
Porto soportó bien la presión de los Nerazzurri y tuvo una oportunidad de marcar a los 27, pero Marco Grujic disparó por encima de la portería.
Los visitantes tuvieron luego dos opciones en sucesión rápida. El portero André Onana repelió un intento de Grujic y Galeno envió desviado el contrarremate.
La mejor oportunidad —y la atajada más meritoria— de ese medio partido llegó en el descuento, cuando un tiro libre fue enviado a las redes desde la derecha. Parecía seguro que Alessandro Bastoni marcara a primer poste, pero Diogo Costa desvió su cabezazo con un antebrazo.
Para esto recuperó el Inter a Lukaku. Para las grandes ocasiones, para los momentos difíciles. Un delantero que apareciera cuando se le necesitaba. No había podido demostrarlo hasta ahora el belga, mermado por las lesiones, pero eligió el mejor escenario para reivindicarse, acercando a los suyos a unos cuartos que no disfrutan desde hace ya doce años.
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