Agencias/Ciudad de México.- Rusia no entrega cifras oficiales sobre el número de soldados muertos o heridos en la guerra de agresión lanzada por ese país contra Ucrania en febrero de 2022. Se trata de información clasificada, y hasta ahora las autoridades han hecho apenas declaraciones ocasionales sobre las víctimas.

En octubre de 2023, el viceministro del Trabajo y Protección Social, Alexei Vovchenko, dijo que el 54 por ciento de los soldados rusos gravemente heridos habían sufrido la amputación de al menos uno de sus miembros, y a fines de 2024, la viceministra de Defensa, Anna Tsivilyova, a quien los medios rusos independientes describen como pariente de Vladimir Putin, elevó el total de discapacitados de guerra a 110,000.

A comienzos de este 2025, varios videos divulgados en la red social rusa VKontakte mostraban a comandantes de las fuerzas rusas enviando a soldados heridos de regreso a la batalla. En uno de los casos, varios se movían con muletas. En otro video, un policía militar enfrentaba a dos hombres vestidos con uniforme de camuflaje, uno de los cuales se apoyaba en un palo. Los amenazaba con violentarlos sexualmente.

Posteriormente las autoridades rusas confirmaron el incidente y dijeron que el hombre, que había torturado a sus compañeros con una porra y una pistola paralizante, había sido arrestado. Resultaba que los soldados estaban heridos y se habían quejado cuando sus comandantes querían enviarlos de vuelta al frente.

En un discurso oficial, Tsivilyova dijo que cerca del 96 por ciento de los soldados heridos volvía al frente, y agregó que esto era posible “gracias a la modernización de los hospitales de campaña”. Sin embargo, este enfoque más bien podría indicar una falta de personal en el frente y grandes pérdidas en el Ejército ruso.

“Calculo que aproximadamente seis de cada diez soldados heridos han sufrido lesiones graves”, dice a DW un veterano que prefiere permanecer en el anonimato. Recientemente fue dado de alta tras haber resultado herido en zonas del cuerpo que no quiso revelar, por razones de seguridad. “Lo más importante es que mis brazos y mis piernas están intactos”, indica, añadiendo que está esperando un pago único de varios millones de rublos.

El veterano sostiene que su pensión de invalidez de 22,000 rublos (unos 220 euros / 240 dólares) es muy baja. “Quedé incapacitado para trabajar a los 36 años y perdí mi salud, pero ¿qué puedo hacer? Serví a mi país y no me arrepiento”, asegura, y especula que el Ejército podría estar enviando soldados heridos de vuelta al frente como castigo por consumo de drogas, o por fingir lesiones.

Recientemente hubo mucho malestar en las redes sociales tras el último decreto presidencial que redujo de 3 millones de rublos a 1 millón los pagos únicos por lesiones menores. La compensación por otras lesiones menos graves no superará nunca los 100,000 rublos.

En VKontakte ha habido muchas quejas de personas que aseguran que los médicos minimizan la magnitud de las heridas. Un soldado llamado Oleg escribió que inicialmente los doctores le habían dicho que su herida era moderadamente grave. “El día que me dieron de alta, de pronto se convirtió en una herida leve. Dijeron que ahora hay nuevos parámetros” para medir la gravedad de las lesiones, aseguró.

Exmercenarios del grupo privado Wagner, una de las unidades más brutales que han luchado del lado ruso, también se han quejado de que el Estado no los reconoce como participantes en la guerra de agresión contra Ucrania.

Uno de ellos, llamado Pavel, escribió en VKontakte que ya no podía caminar debido a sus heridas y que había sido “abandonado” a su suerte. Contó que recibe una pensión de invalidez del Estado de 10,000 rublos (95 euros o cien dólares), pero que las Fuerzas Armadas le habían negado pago alguno.

El exoficial militar ruso Nikita Tretyakov escribió en su canal de Telegram que los discapacitados de guerra generalmente se enfrentaban al desempleo debido a que pocas personas quieren ofrecerles un trabajo, y cuenta el caso de un exsoldado que había resultado gravemente herido al que le negaron el puesto de asesor de ventas. En la entrevista le dijeron que había dudas sobre su estado mental tras haber participado en la guerra.

Según la socióloga Anna Kuleshova, existen grandes diferencias en las actitudes hacia los veteranos en la sociedad rusa. Esto se debe, en gran medida, a la polarización política que sufre la población, explica a DW, pero también a diferencias regionales. “Los discapacitados de guerra no son héroes, sino más bien son vistos con sospechas porque la gente sabe por las noticias y por experiencias personales que hay casos de militares que han usado la violencia contra la población civil”.

Un psiquiatra que sigue ejerciendo su profesión en Rusia y que, por ende, prefiere mantener el anonimato, dice a DW que pese a sus heridas la mayor parte de quienes combatieron en el conflicto están convencidos de que el ataque a Ucrania está justificado. Añade que este es un mecanismo de defensa para proteger la psique, un fenómeno que se observa en todos los veteranos de todas las guerras. “Eso les permite funcionar de forma efectiva y sobrevivir en condiciones extremas”, explica, señalando que el regreso a la vida civil siempre ha sido un proceso complejo, en parte porque los hombres ya no se sienten tan necesarios como en el frente.

En febrero de 2022, las tropas rusas cruzaron la frontera hacia Ucrania, iniciando una guerra que, tres años después, es una de las más mortales y destructivas del siglo XXI.

Aunque los ucranianos, sus vecinos y aliados han observado con horror el desarrollo del conflicto, sorprendentemente hay pocas cifras universalmente aceptadas sobre la magnitud total de la destrucción.

Es probable que el número de civiles muertos esté subestimado dentro del amplio rango de estimaciones de víctimas, y la información oficial que publican los Gobiernos de Ucrania y Rusia es difícil de verificar de manera independiente en las caóticas condiciones provocadas por la guerra.

DW recopiló datos de fuentes que documentan sistemáticamente los acontecimientos mediante metodologías transparentes.

Tras una rápida ofensiva a principios de 2022, las tropas rusas fueron repelidas hacia la región sureste de Ucrania, donde continúan los combates más intensos. Con una “grave escasez de tropas de infantería” que dificulta que Ucrania mantenga el territorio recuperado, Rusiaha comenzado recientemente a avanzar nuevamente, según informa la agencia Associated Press.

Para rastrear los cambios graduales en el campo de batalla a lo largo de estos tres años, se requiere la combinación de múltiples métodos. El Institute for the Study of War, por ejemplo, utiliza observaciones satelitales, imágenes de combate, informes militares oficiales y datos de ubicación de dispositivos móviles.

Incluyendo Crimea, que Rusia anexó ilegalmente en 2014, y las regiones orientales de Donetsky Lugansk, controladas por insurgentes respaldados por el Kremlin, Rusia llegó a controlar aproximadamente el 22 por ciento del territorio ucraniano en marzo de 2022, tras haber capturado unos 90,000 kilómetros cuadrados en los primeros días de la invasión.

Para noviembre de 2022, las tropas ucranianas habían recuperado unos 25,000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el 4 por ciento del territorio total del país. Sin embargo, tras avances graduales a finales de 2024, Rusia controla ahora aproximadamente el 18.5 por ciento del territorio ucraniano, lo que equivale a más de 111,000 kilómetros cuadrados en total.

Con los combates más intensos concentrados ahora en el sureste, la dinámica de la guerra también ha cambiado.

Según Armed Conflict Location & Event Data (ACLED), una organización que monitorea la cobertura mediática e informes militares de Ucrania y Rusia, en las primeras etapas de la invasión, la mayoría de los ataques se llevaban a cabo mediante bombardeos con armas pesadas y artillería, como tanques, misiles y morteros.

A medida que la ayuda militar a Ucrania ha disminuido y sus capacidades antiaéreas se han reducido, Rusia ha intensificado el uso de ataques aéreos desde enero de 2024, según ACLED. También se emplean drones con mayor frecuencia.

La agencia Reuters informa que los drones de combate, que pueden fabricarse por tan solo 500 dólares (unos 480 euros), pueden causar daños significativos a unidades de artillería multimillonarias como los tanques. Este ha llevado al retiro progresivo de unidades de artillería pesada de las líneas del frente.

ACLED también descubrió que los enfrentamientos con fuego cruzado a corta distancia (“choques armados”) han aumentado a medida que las tropas rusas han ido rompiendo lentamente las defensas ucranianas y logrando avances territoriales en el sureste.

En diciembre de 2024, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski informó que 43,000 soldados ucranianos y 198,000 soldados rusos habían muerto. Medios como The Economist, el servicio ruso de la BBC y The Wall Street Journal han publicado sus propias cifras, que varían entre sí.

El Uppsala Conflict Data Program (UCDP), un grupo de investigación con sede en la Universidad de Uppsala, Suecia, ha rastreado cifras de muertes de civiles y combatientes a nivel mundial desde la década de 1980, recopilando y verificando informes de medios, ONG e instituciones de investigación. Según el UCDP, entre 174,000 y 420,000 personas han muerto en los tres años de guerra entre Rusia y Ucrania.

Tampoco hay un consenso sobre el número total de civiles muertos en la guerra.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha verificado aproximadamente 12,500 muertes de civiles en Ucrania desde el inicio del conflicto. Esta cifra solo incluye muertes confirmadas a través de visitas de campo limitadas, entrevistas o documentación fiable, como registros forenses o datos médicos.

La mayoría de las víctimas murieron a principios de 2022, pero el número comenzó a aumentar nuevamente en 2024. Según la ACNUDH, casi todas las víctimas murieron debido a bombardeos, misiles, cohetes, ataques aéreos y ataques con drones en zonas residenciales densamente pobladas.

Las autoridades afirman que la imposibilidad de trabajar dentro de Rusia y la falta de acceso a información pública en el país han dificultado la capacidad de la ACNUDH para verificar informes sobre muertes de civiles allí. También es difícil verificar las muertes en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania.

Hay infraestructuras civiles destruidas en toda Ucrania. La organización de periodismo de investigación Bellingcat ha utilizado imágenes en línea para mapear la destrucción desde el inicio de la guerra.

Hasta enero, Bellingcat verificó y clasificó de forma independiente más de 2,000 casos de daños a estructuras civiles, incluidas instalaciones de educación y salud, que deberían estar protegidas por el derecho humanitario internacional.

Debido a su dependencia de material disponible en línea y a un riguroso protocolo de verificación, la cantidad de estructuras que ha confirmado como destruidas probablemente no se acerque al número total.

Se estima que 10 millones de personas han huido de sus hogares y están desplazadas dentro de Ucrania o en el extranjero.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) monitorea el número de desplazados en todo el mundo utilizando datos proporcionados por Gobiernos, oficinas regionales del ACNUR y ONG.

Según las cifras de ACNUR de 2024, aproximadamente 3.7 millones de personas están desplazadas internamente dentro de Ucrania. Otros 6 millones viven actualmente como refugiados en el extranjero, en su mayoría en países europeos como Polonia y Alemania.

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