Agencias, Ciudad de México.- El Cerrado, la sabana situada al sureste de la Amazonía, es uno de los biomas más ricos en biodiversidad del mundo y un componente vital en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, está amenazado por la expansión de la agricultura, principalmente la producción de soja y algodón. A pesar de su importancia, ha sido denominado un “bioma de sacrificio”, con una destrucción récord en septiembre y una creciente amenaza para sus ríos y acuíferos debido a la degradación del suelo y la disminución del caudal de agua.
El Cerrado y la Amazonía están estrechamente interconectados, ya que dependen uno del otro para el ciclo de agua y la captura de carbono. La deforestación en el Cerrado ha aumentado en un 27% desde el año pasado, en parte debido a la reducción de la deforestación en la Amazonía, lo que ha llevado a una “fuga de la deforestación”. Mientras que la Amazonía es ampliamente protegida por la ley, en el Cerrado alrededor del 95% de la tala es legal, lo que lo convierte en un objetivo principal para la expansión agrícola.
Para proteger el Cerrado y combatir el cambio climático, se necesita un cambio en el sistema económico y una mayor presión sobre las empresas para que eviten productos procedentes de la deforestación. La Unión Europea ha adoptado regulaciones que exigen a las empresas demostrar que sus productos provienen de fuentes libres de deforestación, pero actualmente no se aplican al Cerrado. Los activistas instan a que estas regulaciones se extiendan a “otras tierras boscosas” para preservar este bioma vital.
La educación y la concienciación también son clave para el futuro del Cerrado. La próxima generación de agricultores debe aprender prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. La inclusión de tres palabras clave, “otras tierras boscosas”, en las regulaciones de la UE podría marcar la diferencia en la protección de este importante bioma.
Con información de:Yahoo
