Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- El emprendimiento es un concepto con dos caras: una se refiere al concepto tradicional (una persona creativa crea un proyecto nuevo de la nada) y una que toma fuerza, pues se refiere a romper estándares y generar una mejora dentro del negocio en donde se desenvuelve. Estos “intrapreneurs” no suelen desarrollarse de forma espontánea, y por ello se vuelve fundamental fomentar la innovación en las empresas.
Un intrapreneur, al igual que su homólogo más conocido, es capaz de encontrar áreas de oportunidad, medir riesgos y comenzar proyectos creativos para desembocar en un beneficio real. La única diferencia entre ellos, además de su ambiente, es el tipo de costos a los cuales se deben enfrentar: mientras el emprendedor externo debe arriesgar dinero y tiempo, el emprendedor interno (al contar con la estructura de su compañía) solo teme perder sus recursos sociales, su reputación con jefes y colegas. En esta coyuntura, la empresa necesita promover el pensamiento y la acción creativa.
“Es importante que cualquier negocio dé a sus colaboradores una oportunidad para proponer y crear”, comenta Fernando Leibowich Beker, CEO de la consultora multinacional BeeckerCo. “Muchas buenas ideas y oportunidades se han perdido por compañías quienes no han depositado su confianza en el ingenio de las personas que la conforman. Se debe concebir un espacio donde la gente desarrolle proyectos propios para fomentar la innovación en las empresas desde adentro”.
Los emprendedores internos, en lugar de buscar una ganancia propia, innovan para el beneficio de su entorno
Existen múltiples técnicas para comenzar a promover el espíritu intrapreneur dentro de una compañía. En primera instancia, se debe instaurar en la gerencia intermedia la costumbre de preguntar a los colaboradores qué productos creen necesita la empresa. Si además de eso se crean equipos de trabajo cuyo objetivo explícito sea crear nuevos proyectos, proponer ideas, examinar las tendencias del mercado y la competencia, hacer grupos foco con clientes y buscar a posible talento local joven; pueden lograrse grandes cambios en la manera de pensar del negocio mismo. Sin embargo, existe un factor aún más importante.
“Es necesario ahuyentar el miedo al fracaso, pues éste es el principal obstáculo de la innovación. Se debe reafirmar a los empleados que está bien comentar y hacer sugerencias sobre lo que ellos perciben no va bien con la compañía, felicitar los avances significativos, reconocer las ideas más únicas, mantener siempre presente el pensamiento de que está bien equivocarse. El espíritu intrapreneur generalmente no se puede crear, pero sí puede desarrollarse e incentivarse”, enfatiza Leibowich Beker.
El cambio continuo es la única herramienta a través de la cual las compañías sobreviven y generan valor. Todos los negocios exitosos tienen dentro de sí a múltiples intrapreneurs quienes han adoptado por completo la identidad de su marca y puesto su habilidad e ingenio para la mejora de su ambiente. Sin embargo, en estos casos no se hubiera podido lograr un triunfo sin fomentar la innovación en las empresas.