Agencias/Foto- @realDonaldTrump/Ciudad de México.- Los republicanos abrieron este lunes su convención con la nominación oficial del presidente estadounidense, Donald Trump, como su candidato a la Presidencia de Estados Unidos (EEUU), para las elecciones del próximo 3 de noviembre de 2020.
Sin sorpresa, Trump superó los mil 276 votos necesarios para ser el candidato republicano, sin ningún voto en contra a medida que los 300 delegados del partido votaron en la convención republicana, en Carolina del Norte.
Justo después del voto de Florida, que se saltó el orden alfabético, el presidente hizo acto de aparición en el Centro de Convenciones de Charlotte, donde se celebra este lunes el evento.
Allí se dieron cita 336 delegados -seis por cada estado y territorio- para participar en la votación presencial.
Inmediatamente después del voto de Florida, Trump salió al escenario ante un auditorio que empezó a gritar “Cuatro años más”, a lo que el presidente respondió: “Si quieren volverlos locos de verdad, digan 12 años más”.
El mandatario tiene previsto hacer una aparición en cada una de las cuatro jornadas que durará la convención, rompiendo la tradición que normalmente aplaza hasta el último día el momento estelar para el candidato del partido, según adelantaron varios medios.
Como la demócrata la semana pasada, la convención republicana también será virtual, pero al contrario de ese evento, el cónclave de los conservadores se organizaron a toda prisa, en menos de un mes, desde que Trump se rindió en su plan de celebrar un gran espectáculo en persona en Jacksonville, Florida.
Y si la convención demócrata dio prioridad a los grandes nombres del partido -incluidos todos sus expresidentes-, la republicana pondrá menos énfasis en los estadistas y más en el círculo cercano a Trump, con espacio para estrellas conservadoras de internet y políticos que están pensando en competir por la Casa Blanca en 2024.
Trump aceptará la nominación para ser reelegido con un discurso que pronunciará el jueves 27 en directo desde la Casa Blanca, un escenario cuya elección ha generado algunas críticas, dado que se supone que los presidentes no deben usar la residencia oficial o edificios federales para actos de campaña.