Agencias, Ciudad de México.- Una jueza desestimó el lunes una demanda que cuestionaba la consideración de la raza en las pruebas de demencia de los jugadores retirados de la NFL, que según algunos hace que a los jugadores afroestadounidenses les cueste más demostrar lesiones asociadas con el deporte y recibir compensaciones.

La jueza dispuso que la NFL y el abogado de los demandantes, que exigen pagos por daños del orden de los mil millones de dólares, resuelvan la disputa con una mediación. Esto excluye a los jugadores afroestadounidenses que radicaron la demanda.

“Nos preocupa que la solución que propone la Corte es ordenar que quienes crearon este sistema discriminatorio sean quienes negocian un arreglo”, dijo el abogado Cyril V. Smith, que representa a los exjugadores Kevin Henry y Najeh Davenport. “Los exjugadores que representamos deben sentarse en la mesa y recibir un proceso transparente”.

Los factores demográficos que consideran los médicos al evaluar la demencia a menudo incluyen la raza. Los abogados demandantes dicen que se da por sentado que los deportistas negros tienen un funcionamiento cognitivo inferior al de los blancos, lo que hace que resulte más difícil demostrar déficits relacionados con el deporte y recibir compensaciones. Tanto a Henry como a Davenport se les negaron compensaciones que hubieran recibido de haber sido blancos, según la demanda.

La decisión de la jueza Anita B. Brody implica que tal vez nunca se sepa cuántos jugadores afroaestadounidenses se vieron privados de compensaciones por esta práctica.

Brody maneja este caso desde que se radicaron las primeras demandas en el 2011, en las que se dijo que la NFL había ocultado lo que sabía en torno a la relación entre las conmociones y las lesiones cerebrales. La jueza ordenó negociaciones secretas que dieron paso a un sorpresivo acuerdo en el 2013, sin llegar a juicio.

Se creó un fondo compensatorio que pagó más de 765 millones de dólares a jugadores retirados por problemas neurocognitivos asociados con conmociones sufridas durante sus carreas en la NFL, incluidos unos 335 millones de dólares por casos de demencia. Se espera que las compensaciones superen los mil millones de dólares para cuando caduque el acuerdo, que dura 65 años.

No fue posible conseguir de inmediato reacciones de la NFL ni de sus abogados.

El abogado de la NFL Christopher Seeger dijo en el pasado que el acuerdo vigente fue elaborado por expertos, aprobado por Brody y que son los médicos los que deciden por su cuenta si contemplan a raza en sus evaluaciones.

Henry jugó para los Steelers de 1993 al 2000 y Davenport para los Packers y los Colts del 2002 al 2008.

Henry dice que sufre dolores de cabeza, depresión y pérdida de la memoria, y que no puede conservar un trabajo. Davenport afirma que sufrió más de 10 conmociones cerebrales y que le habían aprobado una compensación, pero que la NFL apeló y pidió que se le hiciesen nuevas evaluaciones usando la raza como factor, tras lo cual le negaron la compensación.

Cuando Tom Brady llegó a la NFL en el 2000, ocho de los 31 quarterbacks titulares al inicio de temporada eran de raza negra. En 2020, 10 de los 32 no eran blancos, y a la postemporada con 16 equipos solo han llegado tres, Russel Wilson con los Seahawks, Lamar Jackson con los Ravens y Pat Mahomes con los campeones Chiefs.

En 2019, los tres protagonizaron el top 4 de quarterbacks que lanzaron para más de 3 mil yardas y para 2020 mantuvieron un nivel que los coloca en los playoffs. Por otro lado Mahomes, que firmó una extensión de contrato de 10 años por alrededor de 500 millones de dólares, es parte del trío de jugadores mejor pagados de la liga junto a Deshaun Watson de los Texans y Russel Wilson. Los tres aún considerados parte de una minoría racial, a pesar de que el 70% de jugadores de la NFL son de raza negra.

A pesar del evidente éxito en cuestión económica y reconocimientos individuales por el talento en cancha, los quarterbacks negros del pasado y presente, e incluso jugadores en otras posiciones, han acusado la gran batalla que enfrentan contra el prejuicio al entrar a la liga. Una que en los últimos cuatro años, sobre todo desde que Colin Kaepernick se hincó durante el himno nacional, ha estado en una tropezada batalla contra el racismo.

Warren Moon, hoy de 64 años de edad, es el único quarterback de raza negra reconocido en el Salón de la Fama de Futbol Americano Profesional y en una reciente entrevista con CNN comentó “Si se hubiera tratado de racismo en ese entonces, a los jugadores negros no se les hubiera permitido ni jugar… el estereotipo era que solo podíamos jugar ciertas posiciones. La posición de quarterback era la que muchos no creían que podíamos jugar por muchas razones, ya sea por liderazgo o si éramos capaces de pensar o tomar decisiones críticas en momentos críticos.”

Para Quincy Avery, entrenador de quarterbacks en la NFL, si bien se ha avanzado en el ámbito en que los jugadores negros comienzan a recibir las mismas oportunidades, la realidad es que no se les exige lo mismo ya que no se les permite ser promedio. Aún tienen que combatir los estigmas sobre su inteligencia y habilidad para improvisar. Lo único que debería importar es si saben jugar o no, en cambio se suele dividir a los jugadores en esta posición en dos, “doble amenaza” (dual threat) o “estilo pro” (pro style), coincidentemente los quarterbacks negros caen en la primera. Tal es el caso de la etiqueta que le pusieron en su momento a Watson y por lo mismo no fue drafteado antes en 2017.

Por otro lado, incluso jugadores ya retirados de raza negra han reportado discriminación en sus aplicaciones para recibir tratamientos de salud. Dos en especifico denunciaron a la NFL y aseguran existen dos tabuladores, uno para los negros y otro para el resto para poder aplicar al acuerdo que los indemniza por contusiones y demencia alcanzado en 2013. Si bien el último año fue marcado por las poderosas protestas contra el racismo, a su vez que la franquicia de Washington finalmente abandonó el nombre Redskins y rompió barreras con contrataciones como la del primer presidente negro de un equipo en la historia, la NFL por segundo año consecutivo contó con solo cuatro entrenadores en jefe de color y solo dos gerentes generales al inicio de la temporada. Hace dos años eran ocho y seis personas de color respectivamente.

La Regla Rooney se introdujo en 2003 para impulsar la contratación de minorías en puestos de entrenadores y se expandió en 2009 a posiciones administrativas y ha ido evolucionando en ese sentido. Sin embargo en el reporte racial y sobre género de 2019, la NFL sacó una B en sus prácticas de contratación en el aspecto racial y una C+ en la de género. Para el de 2020, incrementaron su nota a una B+ en el primer rubro, pero bajaron a C en el segundo, por lo que aún queda mucho camino por recorrer como liga en el tema racial y de discriminación.

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