Agencias/Ciudad de México.- El Barcelona consiguió este jueves un triunfo sobre el Real Madrid en la ida de las semifinales de la Copa del Rey 0-1.

Los catalanes se llevan una mínima ventaja para el encuentro de vuelta en el Camp Nou dando una versión muy defensiva. Dominaba el Madrid durante todo el primer tiempo, pero los azulgrana se han adelantado en el marcador por medio de un autogol de Militao, en su primera aproximación de peligro. Ha sido un clásico muy trabado, con el Barça agazapado en su campo y un Madrid muy espeso con el balón.

Es el primero de los tres clásicos del mes de marzo, cruciales para decidir quién se lleva las dos grandes competiciones del fútbol español. El cuadro de Xavi contaba con las bajas de Pedri, Lewandowski Dembélé y Christensen.

El técnico ha apostado por cuatro centrocampistas, con Raphinha y Ferran Torres como hombres más adelantados. Kessie, que ya participó en el primer gol, ha podido sentenciar el partido pero Ansu Fati, sin querer, ha desviado el balón fuera. Ancelotti, sin Mendy ni Alaba, ha recuperado a Rodrygo, que ha entrado desde el banquillo al igual que Tchouameni.

El Real Madrid desinfló a su propia hinchada, que acudió al Bernabéu ansiosa de vendetta por la Supercopa, convencida de que una derrota azulgrana afectaría a LaLiga. Lo que parecía una víctima fácil por las ausencias se convirtió en un enigma imposible de resolver para un Madrid planísimo, incapaz de desmontar la eficaz y superpoblada defensa azulgrana. Bastó un error de Camavinga para desnivelar el choque y dar ventaja al Barça en la eliminatoria. Merecida. El Madrid, que no tiró a puerta, ganó la posesión. El Barça ganó el partido.

Al Barça le salió perfecto el plan. A las bajas de sus futbolistas con más gol (Lewandowski, Dembélé y Pedri) se sumó uno de sus pilares defensivos, Christensen, que Xavi recompuso con Marcos Alonso como central izquierdo, El once azulgrana estaba pensado para presionar y alejar al Madrid del área propia, con Araujo en el lateral sobre Vinicius, pero no para hacer daño en área contraria.

No hizo falta ni un solo ataque construido, sino un error, el primero en semanas, de Camavinga para ponerse por delante. Porque, eso sí, el Barça de Xavi muerde sin balón. Recogió Ferran, filtró a Kessie, sacó con los pies Courtois y el rebote en Militao acabó en la red.

Duro castigo para un Madrid poco fino, es cierto, pero más arriesgado que su oponente. Puede que no interpretase bien los signos Ancelotti, quizá debió apretar de inicio. De hecho, antes de minuto Modric se había plantado solo ante Ter Stegen, aunque arrancó en fuera de juego. El caso es que con Luka y Kroos en el verde el Madrid es más seguro con balón y menos arriesgado, lo que facilitó la tarea al Barça. El calentón inicial se fue apagando y los blancos no encontraban vías de acceso al área azulgrana. Por minutos, el duelo se jugaba por pares, uno contra uno, mérito de los de Xavi, que cuidaron su gol como un tesoro.

Araujo secó a Vinícius

A estas alturas parece claro que si Vinicius no está inspirado, el Madrid genera poquísimo. El brasileño vio la primera amarilla de la función en un roce con De Jong, el mejor en la salida culé, y desató la indignación en la grada. Corrupción. En la Federación, Munuera puso un listón extrañísimo, porque fue riguroso con el brasileño y dejó sin castigo alguno a Gavi, insistente en las faltas, y a Carvajal, duro ante Balde. Total, se escurrió el primer tiempo con ventaja azulgrana en un partido sin chicha, pero dominado sobre todo por Koundé, Araujo y De Jong.

De vuelta del descanso, el Madrid dio dos pasos adelante para probar el repliegue azulgrana. Sin salida posible porque Feran no aguantaba un solo balón, el Barça se organizó en su zona para resistir con uñas y dientes. Con Vini contenido en la izquierda y Valverde liberado de la banda, el balón rondó el área azulgrana, pero sin generar ni una sola opción clara. Koundé se hizo fuerte en el sector junto a Balde, ayudados siempre por los centrocampistas. Admirable el esfuerzo colectivo para minimizar a un Madrid sin claridad ninguna.

Cambió primero Ancelotti tratando de buscar más ataque y encontró lo contrario. Con Kroos en el eje y Camavinga en el lateral el Barça pudo salir. Tanto que pudo rematar la eliminatoria. Entrró Ansu por el agotado Raphinha, Ferran se fue a la banda, donde es más eficaz, sirvió atrás, Kessie remató rumbo al 0-2 sin oposición, pero Ansu sacó en área chica. Entró Tchouaméni para taponar el boquete.

El resultado era óptimo para el Barça en el sprint final. Por momentos, los once en el área. Un pecado tratándose del estilo Barça, una alegría si logras el objetivo de salir del Bernabéu con un buen resultado. No pasó demasiados apuros, con Araujo y Koundé convertidos en gigantes de tres cabezas. Lo sacaron todo. Entró Álvaro para multiplicar aún más los centros laterales, pero ni siquiera encontraron los blancos un solo centro preciso para que cabeceara el uruguayo. Preocupante partido blanco, que concede la primera derrota en su estadio. El pase a la final pinta complicado.

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