Agencias/Ciudad de México.- AstraZeneca podría dejar el negocio de las vacunas en el largo plazo, dijo a Reuters su presidente ejecutivo, lo que evidencia cuán rápido ha cambiado la suerte para el fabricante de medicamentos que produjo una de las primeras inyecciones contra el COVID-19 y que desde entonces ha perdido terreno ante sus rivales.
Los retrasos en la producción, las investigaciones de los reguladores después de casos raros de efectos secundarios graves y las preocupaciones sobre su vida útil relativamente corta en comparación con otras inyecciones han obstaculizado la incursión de Astrazeneca. en el tratamiento del COVID.
Ahora, en el tercer año de la pandemia con un exceso de suministro mundial de vacunas, su uso ha disminuido en gran parte del mundo desarrollado ya que los países han inoculado a un gran número de personas y prefieren las fórmulas ARNm de Pfizer y Moderna como refuerzos.
La vacuna contra el COVID de AstraZeneca aún no ha obtenido la aprobación de Estados Unidos.
La compañía que cotiza en Londres está ampliando su cartera de terapias con anticuerpos, incluso contra el COVID-19, el virus respiratorio RSV y otras condiciones, dijo Soriot el martes en una entrevista con Reuters Newsmaker.
Pero sobre el futuro de su negocio de las vacunas contra el COVID, sostuvo: “No puedo estar seguro de que vayamos a quedarnos ahí”.
El ejecutivo también dijo que no sabe si AstraZeneca ampliaría su lista de vacunas para otras infecciones y agregó que la compañía está evaluando el asunto.
Los inversores han especulado sobre el futuro del negocio de las vacunas dada la desaceleración de las ventas a medida que se cumplieron los contratos iniciales de suministro, la dura competencia de las dosis basadas en la tecnología ARNm y su relativa poca experiencia en el campo.
La compañía creó una división separada para sus vacunas y terapias con anticuerpos a fines del año pasado.
Aún así, Soriot dijo que no lamentaba el trabajo de la compañía con la Universidad de Oxford para desarrollar una vacuna contra el COVID, dado que habían entregado miles de millones de dosis y salvado aproximadamente 6 millones de vidas en el mundo.
La inyección fue el segundo producto más vendido de AstraZeneca en 2021, con ventas por 3,900 millones de dólares.