Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Una “crisis humanitaria a gran escala” se está desarrollando en el este de Sudán, según ha advertido el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, después de que más de 27.000 personas cruzaran la frontera, huyendo del conflicto en Etiopía.
La semana pasada se registró un auge en el influjo de refugiados escapando de las hostilidades en la región de Tigray, que estallaron hace casi dos semanas.
“Mujeres, hombres y niños han estado cruzando la frontera a un ritmo de 4,000 por día desde el 10 de noviembre, rápidamente excediendo la capacidad de respuesta humanitaria en el terreno”, ha precisado Babar Baloch, portavoz del Alto Comisionado, en una rueda de prensa en Ginebra (Suiza).
Esta institución de la ONU y otras agencias humanitarias están proporcionando apoyo al Gobierno sudanés, suministrando agua y artículos de primera necesidad, incluidas mantas y colchones. El Programa Mundial de Alimentos y Muslim Aid se han encargado de proveer comida.
“Se trata de un flujo como no habíamos visto en las últimas dos décadas en esta parte del país”, señaló Babar Baloch, portavoz de la ACNUR en Ginebra, este martes (17.11.2020). Esta enorme cantidad de gente “está superando muy rápidamente la capacidad de las organizaciones humanitarias que están sobre el terreno”, añadió.
El Ministerio de Salud de Sudán ha abierto dos clínicas con ayuda de la Media Luna Roja de Sudán. Ese país centroafricano ya cuenta con casi un millón de refugiados de Chad, Eritrea, la República Centroafricana y Sudán del Sur. El pasado 4 de noviembre el primer ministro etíope Abiy Ahmed acusó al partido local Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) de una revuelta armada y lanzó ataques aéreos y una ofensiva terrestre en la región.
Desde hace casi dos semanas el gobierno realiza ataques aéreos, el último de los cuales fue el lunes contra la capital regional, Mekele.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció que el operativo militar en curso en Tigray (norte) muy pronto entrará en su etapa “final”. El 4 de noviembre desplegó al ejército federal para asaltar esta región disidente de Etiopía, tras meses de tensiones con las autoridades regionales del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF).
Dijo también que las agencias de ayuda humanitaria no saben cuántas personas se encuentran desplazadas internamente, en la propia Etiopía, pero citó informes de acuerdo a los cuales hay “un gran número”.
Baloch señaló que ACNUR y sus socios “están prontos para brindar asistencia a las personas desplazadas en Tigray, lo que incluye sobre todo productos de primera necesidad, cuando los accesos (a la región) y la seguridad lo permitan”.
En este sentido, pidió que todos los obstáculos para llegar a las personas desplazadas sean eliminados. El portavoz de ACNUR además subrayó que “la falta de electricidad, telecomunicaciones y acceso al combustible y dinero en efectivo limitan toda respuesta de ayuda humanitaria en Tigray, y en el resto de Etiopía”.
“Nuevos movimientos de refugiados dentro del país son cada vez más probables”, apostilló Baloch.
La ACNUR recuerda además que este conflicto también afecta a casi 100.000 refugiados eritreos asentados en Tigray que dependen de la ayuda humanitaria para subsistir.