Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- ¿Podrían algunos cuerpos observados en nuestro sistema solar proceder de las inmediaciones de otras estrellas? Puede que ese sea el caso de algunos cometas. Y es el del asteroide Oumuamua, un astro que pasó cerca de la Tierra en 2017.
Oumuamua fue, sin embargo, solo un visitante. Está de paso por aquí y su trayectoria le encamina a otra región del espacio interestelar.
El asteroide 2015 BZ509, en cambio, es un miembro permanente del sistema solar. Pero no se originó aquí, según muestran los cálculos de Helena Morais, de la Universidad Estatal Paulista (UNESP) en Brasil, y Fathi Namouni, del Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS).
2015 BZ509, descubierto por los telescopios Pan-STARRS en Hawái en 2014, tiene un diámetro de unos 3 kilómetros. Comparte la órbita de Júpiter y viaja alrededor del Sol a la misma velocidad del planeta gigante, excepto que lo hace en dirección opuesta. Esto es muy raro, ya que los asteroides con órbitas retrógradas de esta clase se encuentran normalmente solo en las regiones más externas del sistema solar. Solo un pequeño grupo de ellos, conocidos como centauros, se adentran ocasionalmente hacia la zona orbital de los planetas gigantes, donde permanecen durante unos pocos millones de años.
Desconcertados por el extraño comportamiento de 2015 BZ509, Namouni y Morais reconstruyeron su órbita mediante simulación numérica. De esta forma, pudieron retroceder 4.500 millones de años, hasta el nacimiento del sistema solar. Y se sorprendieron al descubrir que 2015 BZ509 ha tenido siempre una órbita retrógrada, incluso en los primeros días del sistema solar, en una época cuando absolutamente todos los asteroides y planetas aquí forjados orbitaban al Sol en la misma dirección. Esto implica que 2015 BZ509 no se originó en nuestro sistema solar sino que debe haberse formado en un sistema planetario vecino antes de ser capturado por Júpiter.
Una migración de este tipo es perfectamente posible, dado que el cúmulo estelar original en el que se formó el Sol contenía estrellas con sus propios planetas y asteroides. La gran proximidad que en aquel entonces tenían entre sí estas estrellas, combinada con el tirón gravitatorio de los planetas, podría haber permitido a estos sistemas planetarios robarse asteroides unos a otros.
2015 BZ509 es por tanto el primer cuerpo con presencia estable dentro de nuestro sistema solar identificado con un origen extrasolar.