Agencias/Ciudad de México.- El diario británico The Guardian, el catalán La Vanguardia, el equipo de futbol alemán St. Pauli, el Werder Bremen, entre otros, han anunciado que dejan la red social. Por el contrario, la Comisión Europea ha dicho que seguirá “activa” en X.

El club de fútbol alemán St. Pauli abandonará la red social X al sostener que la plataforma se ha convertido en una “máquina de odio” que podría influir en las próximas elecciones alemanas.

Además el club de fútbol alemán Werder Bremen se convirtió en el segundo equipo de la Bundesliga que dejará de publicar en X al argumentar un aumento en el discurso de odio desde que Elon Musk adquirió la plataforma de redes sociales.

Con sede en Hamburgo y de tendencia izquierdista, el equipo St. Pauli de la Bundesliga dijo que ponía fin a su actividad en la plataforma anteriormente conocida como Twitter. Alentó a sus 250,000 seguidores allí a cambiarse a Bluesky, una red social rival promovida por el ex director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey.

“La razón de la retirada: el propietario Elon Musk ha convertido un espacio para el debate en un amplificador de odio que también puede influir en la campaña electoral federal alemana”, dijo St. Pauli en un comunicado en su sitio web. “Desde que Musk tomó el control de Twitter… ha convertido X en una máquina de odio. El racismo y las teorías de conspiración se difunden sin restricciones o incluso son curadas. Los insultos y amenazas apenas son sancionados y se venden como supuesta libertad de expresión”.

La declaración de St. Pauli estaba ilustrada con una foto de una pegatina que muestra un puño aplastando una esvástica, al lado del emblema del club y un lema que dice que sus aficionados están en contra de la política de derechas.

St. Pauli señaló que Musk apoyó a Donald Trump durante la elección presidencial de Estados Unidos “con la ayuda de X”, y que “se puede suponer que X también promoverá contenido autoritario, misantrópico y de extrema derecha en la campaña electoral federal (alemana) y así manipulará el discurso público”.

Alemania tendría elecciones parlamentarias anticipadas el 23 de febrero después de que el canciller Olaf Scholz despidiera la semana pasada al ministro de Finanzas, Christian Lindner, poniendo fin a una alianza conflictiva entre tres partidos políticos.

St. Pauli es el primer club alemán de primer nivel que anuncia su salida de X tras el resultado de las elecciones en Estados Unidos. El periódico británico The Guardian dijo que ya no publicará contenido en la red, describiéndola como una “plataforma de medios tóxica”.

Bluesky dijo que sus usuarios totales habían aumentado a 15 millones, desde aproximadamente 13 millones a finales de octubre.

St. Pauli dijo que dejaría su contenido de los últimos 11 años en X “ya que tiene valor histórico”, pero no hará nuevas publicaciones.

La decisión del Bremen fue anunciada después de una reunión del club por la noche. Emulan a St. Pauli, que la semana pasada decidió publicar en la plataforma Bluesky.

El Bremen acumulaba más de medio millón de seguidores en su canal en alemán en X, que se llamaba Twitter cuando el club se unió en mayo de 2008.

“Bajo la apariencia de libertad de expresión, se ha permitido que el discurso de odio, el odio hacia las minorías, las publicaciones de extrema derecha y las teorías de conspiración se propaguen en X a un ritmo increíble”, dijo el club en una publicación en inglés.

La “reciente radicalización” de X significó que “se ha cruzado una línea”, dijo el Bremen.

Musk fue citado en un comunicado de prensa en alemán en el sitio web del Bremen, afirmando que usaba la plataforma como un arma política.

El Bremen ocupa el octavo lugar en la Bundesliga de 18 equipos, y ganó el último de sus cuatro títulos en 2004.

Diferentes medios de comunicación, entidades, empresas, instituciones y políticos han abandonado X en las últimas horas, hecho que avivado el debate social sobre la red capitaneada por el multimillonario Elon Musk. Las rupturas más sonadas han sido las protagonizadas por el diario británico The Guardian y el catalán La Vanguardia.

Otras cuentas influyentes, como la de la actriz Jamie Lee Curtis y el periodista Don Lemon también han decidido abandonar la plataforma luego de la reelección de Donald Trump, alegando que esta red social promueve la extrema derecha y expresando preocupación por la relación de Elon Musk, dueño de la red, con el presidente electo.

Wired informó el 8 de noviembre, citando entrevistas con antiguos usuarios de X, que los seguidores de la estrella Taylor Swift también dejaron la plataforma tras las elecciones, alegando que, bajo la propiedad de Musk, X se convirtió en un “infierno”.

Preguntada por el debate en los pasillos del Congreso, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha afirmado “es un tema controvertido”. “Yo misma he dado el traslado hacia otra red alternativa, pero he decidido mantenerme en Twitter. No tengo la respuesta a esta cuestión”, ha respondido. Sin embargo, su formación, Sumar, ha anunciado que se incorpora a Bluesky, si bien ha matizado que seguirá publicando en X “un tiempo, con el objetivo de hacer llegar nuestro mensaje y desmentir los bulos de la derecha y la extrema derecha”.

“¿Hay que dejar X? Me parece muy respetable hacerlo como posición individual, pero como posición política creo que es un error”, ha expresado por su parte Pablo Iglesias, exlíder de Podemos y exvicepresidente del Gobierno español. Para Iglesias, es una red social “llena de toxicidades”, pero cree que, “políticamente, es más eficaz hacerle frente”.

Alberto Garzón, exministro de Consumo y exlíder de Izquierda Unida, también se ha posicionado al respecto: “Pensé muchas veces en dejar esta red social -y otras-, y llegué a la conclusión de que, si lo hiciera, personalmente viviría mucho mejor. Sin embargo, creo que el espacio de discusión política, aun cuando es privado y feo, hay que disputarlo. Nuestro mensaje tiene que existir”.

“Yo no me voy a ir de aquí. No voy a dejar de luchar. Sé que mi vida sería mucho mejor si dejase esta red. Pero mis causas son más importantes que mi vida. Así que aquí seguiré. No pienso ceder este espacio solo para quienes intoxican o difaman”, ha afirmado el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, en un comentario publicado en X.

Por su parte, la Comisión Europea ha dicho que seguirá “activa” en la red social X, antes Twitter, aunque se mantendrá vigilante de la evolución en una plataforma a la que ya canceló campañas publicitarias el pasado otoño por la falta de medidas contra el riesgo de desinformación.

“La Comisión Europea usa las redes sociales a su disposición para llegar a audiencias clave con las que comunicar sobre temas en el corazón de Europa. X es una de las 15 redes en las que la Comisión está activa y tiene cuenta”, ha dicho en una rueda de prensa en Bruselas el portavoz comunitario de Economía Digital, Thomas Regnier.

De este modo, Regnier ha confirmado que la posición comunitaria es la de mantenerse en la polémica red, aunque ha “tomado nota” y “no hará comentarios” sobre la decisión del diario británico The Guardian y del catalán La Vanguardia de romper con X por considerarla una plataforma “tóxica” al servicio de su propietario, Elon Musk, que la utilizado para “moldear el discurso político” de la ciudadanía.

“Vigilamos todo, hacemos análisis regulares, y hemos abierto otras cuentas recientes en otras plataformas”, ha añadido Regnier, en referencia a perfiles de la Comisión en Bluesky o Mastodon, para incidir en que los servicios comunitarios siguen “atentos” al desarrollo de la situación.

Un estudio realizado con datos de nueve países, entre ellos España, y publicado en la revista científica Nature Communications sugiere que el “abuso político” en la red social X es un fenómeno global, generalizado y trasversal, y las personas que se desvían de las normas de su partido son tratadas rápidamente como si fueran enemigos políticos.

“El abuso político es un rasgo clave de la comunicación política en la plataforma X y, tanto si se es de izquierdas como de derechas, es igual de común ver a usuarios políticamente comprometidos abusando de sus oponentes políticos, en un grado similar, y con poco espacio para los moderados”, concluye el trabajo.

A pesar de ello, expertos en comunicación tienen dudas sobre si abandonar X por la proliferación de contenidos desinformativos es una decisión acertada ya que dejaría el campo libre a los bulos, aunque también dicen que estar ahora en la red propiedad de Elon Musk “es irrelevante”.

Un planteamiento que traslada Ramón Salaverría, catedrático de Periodismo en la Universidad de Navarra, quien cuestiona que sea una decisión “inteligente” dejar esta plataforma que nació como Twitter en 2006, ya que quedaría “totalmente contaminado” por los discursos desinformativos.

Otra experta en redes sociales y desinformación, la periodista Carmela Ríos, coincide con Salaverría en que estas plataformas “no son una buena forma de obtener tráfico, es muy pequeño” para los medios de comunicación, pero también defiende que “sería muy empobrecedor” cerrar la puerta a esta vía.

La periodista apunta más a la regulación de las redes y ve increíble que la UE haya permitido que en X “se exalten ideologías que por ley están prohibidas, como son el nazismo o los fascismos” y que siga impune una compañía “que se salta a la torera día sí y día también todas las reglas de los servicios audiovisuales”.

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