Agencias/ Ciudad de México.- Hace 15 años los hermanos Gabriel y Rodolfo Rivapalacio lanzaron Una película de huevos, la primera entrega de su historia animada, que al paso del tiempo se convirtió en una de las sagas más exitosas del cine nacional; hoy estrenan la cuarta parte de su franquicia: Un rescate de huevitos, sobreponiéndose a una pandemia que obstaculiza los estrenos en salas de cine.

“Cuando hicimos la primera película no sabíamos que haríamos cuatro; así que, todo lo que ha pasado en estos años ha sido una sorpresa”, explicó Rodolfo a M2.

En Un rescate de huevitos el personaje principal, Toto –interpretado por Bruno Bichir–, se convierte en padre. Esta película se iba a estrenar el año pasado, y como la mayoría de las producciones para el cine, tuvo que modificar su lanzamiento debido a la pandemia; hoy llegan con una fuerza renovada para buscar una buena posición entre el resto de las historias que se encuentran en cartelera.

Esta es también la cuarta ocasión en la que Bruno Bichir retoma al protagonista de la historia, “es algo que pocas veces ocurre en la vida de un actor, regresar una y otra vez al mismo personaje, siempre se quedan cosas en el tintero; así que, ponerme al servicio de una historia tan amorosa, con tanto eco, es pura alegría. Una película de animación de esta calidad es complejo de lograr, pero no le quita la diversión”, dijo el actor.

“Claro que estamos un poco temerosos por la situación, porque la vida se ha convertido en algo extraño con este bicho, y ahora estamos listos para aventurarnos en el cine una vez más. En esta ocasión, Toto ya es padre y exploramos todo lo que ocurre en esta etapa de su vida, sus huevitos nacen con color de oro y es una analogía de lo que son los hijos para los padres; deben cuidarlos de este mundo lleno de peligros”, comentó Gabriel Rivapalacio.

Y ahondó en el tema, explicando que la navegación y el proceso creativo fueron sencillos, porque la base está bien estructurada, “pero ya estoy grandecito, estoy en edad de ser un padre de familia responsable, aún no lo soy, aunque sí tengo a muchas personas que dependen de mí, de mis esfuerzos y entonces me empato directamente; sigo siendo yo, mis preocupaciones y angustias, también aprendo esta pequeña aventura de Toto con sus hijos”, agregó.

Un rescate de huevitos es también la oportunidad de trasladar sus deseos personales a la animación, “es una proyección de nosotros mismos en todos los sentidos, no nos quedamos ni con ganas de ser un personaje; Confi es todo lo que yo no soy: relajado, consiente, yo soy aprensivo e histérico; es un reflejo de lo que somos o de lo que quisiéramos ser”, dijo Gabriel.

El rancho quedó atrás

Como parte de la trama, los huevitos de Toto son raptados del rancho y llevados a África, la idea de explorar la extracción de vida silvestre fuera de las fronteras surgió de artículos que ambos cineastas leyeron sobre coleccionistas de animales exóticos.

“Sustraerlos es un acto prohibido en cualquier lugar, estos coleccionistas de huevos y aves, así como los grandes millonarios que comen banquetes de especies en peligro de extinción, fue la base para desarrollar este guion –explicó Rodolfo–.Toto enfrenta esta situación y debe encontrar el punto medio entre protegerlos y dejarlos crecer, saber cuándo es el momento de soltarlos”, agregó.

Y además… Nuevos proyectos

Hace un par de años, los cineastas comenzaron un proyecto de terror: The Vampire Insident, una historia ficticia inspirada en los vampiros clásicos. Este sería su primer paso para conquistar nuevos mercados y experimentar con formatos más allá de la animación. En su momento, Rodolfo comentó que esta nueva historia busca reivindicar a los seres nocturnos con referencias a Nosferatu y Drácula, de Bram Stoker.

“Tenemos la intención de ampliar el negocio, estamos en una reestructuración importante para dejar de ser una empresa familiar. La idea es lograr proyectos con repercusión internacional –dijo Rodolfo Rivapalacio– Estamos en desarrollo de un nuevo proyecto con actores”.

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