Agencias/Ciudad de México.- Especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina rehabilitaron una represa prehispánica en la Cordillera Negra (noroeste) de Perú, la cual provee de agua de consumo humano y con fines agropecuarios a las comunidades de Cajabamba Alta y Putaca.
La represa Ricococha Alta, construida por el pueblo de los huaylas y después retomada por los incas entre los años 1400 y 1532 de nuestra era, fue rehabilitada por un equipo de ingenieros y científicos de distintas nacionalidades.
El embalse cuenta con una capacidad de 30.000 metros cúbicos de agua para abastecer a las 1.450 personas de las comunidades aledañas de Cajabamba Alta y Putaca, ubicadas en la Cordillera Negra peruana, región de Ancash.
“Rehabilitar una represa prehispánica es mucho más económico que construir una represa moderna de cemento, son más resistentes a movimientos sísmicos y además de satisfacer necesidades de agua de las comunidades, se logra preservar patrimonio arqueológico”, destacó el líder del proyecto, Kevin Lane, investigador del Conicet y del Instituto de las Culturas (IDECU) de la Universidad de Buenos Aires.
La rehabilitación de Ricococha Alta, inaugurada el pasado 20 de junio por representantes de los municipios locales, las comunidades beneficiadas y del Ministerio de Cultura del Perú, requirió de un presupuesto de 120.000 dólares, los cuales fueron donados por la Fundación Gerda Henkel de Alemania.
Lane destacó que este proyecto puede ser el inicio de la rehabilitación de otras represas prehispánicas. “Pueden ser parte de la solución en un contexto de cambio climático que atraviesa el siglo XXI y por el que los pueblos de los Andes sufren de un alto estrés hídrico”.
La represa se ubica en una de las regiones con más actividad sísmica de los Andes. Los científicos involucrados destacan que “la técnica usada por los incas y otros pueblos prehispánicos en estas construcciones son flexibles. De hecho, muchas que no fueron rehabilitadas y no recibieron mantención durante siglos continúan almacenando agua de lluvia hasta el día de hoy”.
Otra de las investigadoras del Conicet que participó en el proyecto, Verónica Isabel Williams, afirmó que la rehabilitación de Ricococha Alta “es un ejemplo de cómo la arqueología, una ciencia social que estudia el pasado, genera conocimientos que se ponen en diálogo con el presente con el potencial de influir en la vida de las poblaciones actuales”.