Agencias/ Ciudad de México.- Heath Ledger fue el segundo actor de la historia en ganar un Óscar de manera póstuma después de Peter Finch (por Network, un mundo implacable, 1976), recibiendo la ovación internacional con la mejor actuación de toda su carrera meses después de su muerte en 2008. Y ahora, Chadwick Boseman repite la historia elevando su talento a la estratosfera de las estrellas con una película de Netflix que ya huele a Óscar.

A pesar de su corta carrera, el legado cinematográfico de Boseman ya no quedará relegado a la imagen de un superhéroe de Marvel. Su talento era mucho más que eso y afortunadamente pudo desplegar toda su pasión y entrega antes de morir en una actuación descomunal en La madre del blues.

Chadwick falleció el 28 de agosto a los 43 años tras pasar cuatro años luchando contra el cáncer de colon. Solo sus seres queridos conocían su lucha y los ejecutivos de Marvel recién descubrieron su estado de salud apenas unos momentos antes de su muerte. Pero un año atrás, entre julio y agosto de 2019, rodó La madre del blues, la adaptación cinematográfica de una obra teatral junto a Viola Davis como compañera de reparto y Denzel Washington como productor. Y lo entregó todo. Absolutamente todo.

Dirigida por George C. Wolfe, La madre del blues es un canto al movimiento Black Lives Matter con una historia centrada únicamente en un día de grabaciones en la vida de la legendaria cantante de jazz Ma Rainey y su banda, en donde se encuentra un joven trompetista contestón, apasionado y rebelde que al igual que el resto, carga con un pasado marcado por el racismo y la segregación. La trama se sitúa en el Chicago de 1927 y a lo largo de una hora y media somos testigos de una película en donde los diálogos y las actuaciones la convierten en una pieza que despliega frustración y rabia al son de risas, confesiones y mucha compasión.

Desconozco si Chadwick temía que podía tratarse de la última interpretación de su carrera, pero viendo el derroche de talento con el que nos embriaga a lo largo de toda la película, me inclino a sospechar que sí. Era un proyecto soñado para él, un papel radical y apasionado, que le permitió descargarse por completo. Su talento y su rabia, su frustración y sus lágrimas. Se dejó la piel en su papel de trompetista rebelde y el resultado es una actuación que promete repetir la historia de Heath Ledger.

El actor australiano falleció de una sobredosis accidental en enero de 2008 a los 28 años, siete meses antes de que el mundo viera su actuación del Joker en El caballero oscuro. Una interpretación que no solo elevó la saga de Batman sino que cambió por completo el cine de superhéroes, aportando realismo y un dramatismo tan oscuro que más de un director ha querido repetirlo. Si bien Jared Leto y Joaquin Phoenix interpretaron al mismo payaso del crimen en otras entregas posteriores, ninguno hizo sombra a Heath. Fueron actuaciones diferentes y aunque Joaquin también ganó el Óscar por el mismo personaje, el legado de Ledger quedó absolutamente intacto.

Los aplausos le llovieron enseguida y a pesar de que faltaba mucho tiempo para la entrega de premios de la Academia, los rumores que apuntaban a un Óscar póstumo comenzaron a circular desde el momento que El caballero oscuro llegó a los cines en julio de 2008. Lo mismo que está sucediendo con Chadwick Boseman y La madre del blues.

Mientras Heath confirmaba sus opciones de Óscar con la inolvidable escena del interrogatorio entre él y Christian Bale, en el caso de Chadwick hay una secuencia donde relata su pasado infantil, confesando con detalles el ataque racista sufrido con su madre y las lecciones aprendidas, que consigue traspasar la pantalla convertido en torbellino de emociones. Y solo por ese momento debería tener la nominación asegurada.

Si bien fueron varios los críticos estadounidenses que tras ver la película de Netflix comenzaron a sugerir la posibilidad de que fuera nominado al Óscar póstumo, fue a raíz del estreno el 18 de diciembre que el público comenzó a tomarse el pronóstico en serio. Las redes sociales se llenaron de aplausos virales y peticiones de Óscar, y lo cierto es que el trabajo de Chadwick lo merece.

A pesar de compartir protagonismo con Viola Davis y de que muchos creen que debería competir como actor de reparto, Netflix ha decidido postularlo a las candidaturas de mejor actor. Y es que por más que Viola sea la protagonista del título, Chadwick arrasa cada vez que se planta delante de la cámara con monólogos cargados de pasión y entrega y un final apoteósico que desmorona a su personaje pero eleva su actuación como lo mejor de la película. (Netflix también está haciendo campaña para nominarlo en la categoría de mejor actor de reparto por Da 5 Bloods: hermanos de armas de Spike Lee).

Al igual que pasó con Heath Ledger, la interpretación de Chadwick Boseman nos recuerda la pérdida de un actor con un fuego especial y un potencial inmenso. Es inevitable verlo en La madre del blues y no pensar en cuánto más podría haber hecho. En cuántas interpretaciones más podría habernos removido por dentro.

Con Óscar o sin él, el actor consiguió con su última interpretación romper con las cadenas de Marvel, haciendo que su legado no quede atado solamente al primer héroe afroamericano del UCM. Sino que consiguió dejar grabado su nombre más allá de un personaje, con una película que le permitió desplegar su talento al máximo. Si sabía o no que sería su última película no lo sabemos. Quizás mantenía la esperanza y lo dio todo. Por si acaso.

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