Agencias/Ciudad de México.- Un equipo de internacional de investigadores ha descubierto que el ejercicio físico y el consumo de algunos probióticos de última generación mejoran la capacidad cognitiva de las personas que tienen el hígado dañado por una dieta alta en grasas y colesterol.

El estudio concluye que la microbiota -los microorganismos que viven en los intestinos-, está íntimamente conectada con los procesos cerebrales, lo que abre la vía al diseño de nuevas estrategias para tratar los problemas cognitivos asociados a las enfermedades hepáticas derivadas de una mala alimentación.

La investigación, realizada por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Oviedo (UNIOVI) -norte de España-, el King’s College London (Reino Unido) y el Dementia Research Institute (Reino Unido), se publicó en Gut Microbes.

El hígado graso no alcohólico es una enfermedad causada por la acumulación excesiva de grasa debido a una dieta inadecuada. En España, esta patología afecta a una cuarta parte de la población y si no se controla adecuadamente, puede acabar convirtiéndose en un cáncer.

“Hasta ahora poco se sabía de los efectos de estas dietas sobre el cerebro y el comportamiento, y mucho menos sobre la relación entre la dieta, la microbiota intestinal y la actividad cerebral”, explicó el investigador de Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC), Miguel Gueimonde.

Para hacer el estudio, los científicos emplearon el probiótico común Lacticaseibacillus rhamnosus GG y el de nueva generación Akkermansia muciniphila, una bacteria cuya presencia en la microbiota se relaciona con efectos beneficiosos sobre la inflamación intestinal.

Tras demostrar en trabajos anteriores con modelos animales que las dietas altas en grasa y colesterol producen alteraciones cognitivas asociadas a los cambios en la microbiota intestinal, que pueden derivar en ansiedad y depresión, los científicos buscaban en esta nueva investigación detectar posibles maneras de revertir ese daño cerebral.

“Hemos descubierto que el deporte y la administración de A. muciniphila, no así la de L. rhamnosus GG, son capaces de revertir las alteraciones cognitivas asociadas a las dietas altas en grasa y colesterol causantes de numerosas enfermedades hepáticas”, destacó el investigador.

Además, el trabajo consiguió una mejora cognitiva en los modelos animales que consumieron una dieta grasa y ha constatado cambios en la actividad metabólica del cerebro y la composición microbiana intestinal, “dos aspectos que habrá que seguir investigando para el diseño de futuras intervenciones en patologías inducidas por la dieta”, apuntó.

Los resultados obtenidos contribuyen al conocimiento del funcionamiento del eje intestino-hígado-cerebro y su impacto en la conducta y la cognición.

“Que la simple administración de A. muciniphila logre revertir las disfunciones cognitivas en enfermos hepáticos con la misma eficacia que el ejercicio físico, difícil de implementar en algunos individuos, abre una interesante vía de investigación”, concluyó Gueimonde.

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