Agencias/Ciudad de México.- Cuando Google les dijo a algunas empresas pequeñas en enero que el uso de un servicio de correo electrónico personalizado y otras aplicaciones para trabajo de oficina ya no sería gratuito, Richard Dalton, un usuario desde hace mucho que opera una compañía de preparación para exámenes académicos en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, sintió como si se hubiera roto una promesa.

“En esencia, nos están obligando a cambiar a algo de pago después de que nos acostumbraron a este servicio gratuito”, comentó Dalton, quien creó su cuenta de correo electrónico profesional de Google para su empresa, Your Score Booster, en 2008.

Google declaró que los usuarios veteranos de lo que llama su edición antigua gratuita de G Suite, que incluye correo electrónico y aplicaciones como Documentos y Calendario, tendrán que empezar a pagar un cargo mensual, alrededor de 6 dólares por cada dirección de correo de negocios.

Las empresas que no hayan hecho el cambio al servicio de paga de manera voluntaria para el 27 de junio pasarán de forma automática a dicho servicio. Serán suspendidas las cuentas de quienes no hayan pagado para el 1.° de agosto.

Aunque el costo del servicio de pago es más una molestia que un impacto financiero doloroso, los propietarios de las pequeñas empresas afectadas afirman que están decepcionados por la torpeza con la que Google ha llevado el proceso.

No pueden evitar sentir que una compañía gigante con miles de millones de dólares de ganancias está exprimiendo a los más pequeños (algunas de los primeras empresas en usar las aplicaciones de Google para el trabajo) solo por un poco de dinero.

“Me pareció innecesariamente mezquino”, opinó Patrick Gant, propietario de Think It Creative, una consultoría de mercadotecnia en Ottawa, Ontario, Canadá. “Es difícil sentirse mal por alguien que recibió algo gratis durante mucho tiempo y ahora le dicen que necesita pagar por ello. Sin embargo, se hizo una promesa. Eso fue lo que me motivó a tomar la decisión de optar por Google en lugar de las otras alternativas”.

La decisión de Google de cobrar a las organizaciones que han usado sus aplicaciones gratis es otro ejemplo de su búsqueda de formas de obtener más dinero de su negocio, así como cuando, en ocasiones, ha puesto cuatro anuncios hasta arriba de los resultados de búsqueda en lugar de tres y saturado con más comerciales los videos de YouTube.

En los últimos años, Google ha impulsado de manera más agresiva la venta de suscripciones de software a empresas y competido más directamente con Microsoft, cuyos programas Word y Excel dominan el mercado.

Después de que una parte de los usuarios con mayor antigüedad se quejaron por el cambio a un servicio de paga, se retrasó la fecha límite que se había fijado inicialmente el 1.° de mayo. Google también aseguró que las personas que utilizan cuentas antiguas para cuestiones personales y no de negocios podrían continuar haciéndolo gratis.

No obstante, algunos propietarios manifestaron que mientras reflexionaban sobre si pagarle a Google o abandonar sus servicios les costó trabajo ponerse en contacto con atención a clientes. Con el plazo límite cada vez más cerca, seis pequeños empresarios que conversaron con The New York Times criticaron la comunicación confusa y a veces ambigua sobre el cambio del servicio.

Samad Sajanlal, propietario de Supreme Equipment Co., compañía dedicada a la consultoría de software y otros servicios tecnológicos en McKinney, Texas, opinó: “No me importa que nos saquen, pero no nos den una fecha límite poco realista para encontrar una alternativa mientras todavía están decidiendo si en realidad quieren sacarnos”.

Google precisó que la edición gratuita no incluía soporte técnico al cliente, pero brindaba a los usuarios múltiples formas de ponerse en contacto con la empresa para ayudarles con la transición.

Google lanzó Gmail en 2004 y aplicaciones empresariales como Documentos y Hojas de cálculo dos años después. Al gigante de las búsquedas le interesaba mucho que las empresas emergentes y los negocios familiares adoptaran su software de trabajo, así que ofreció los servicios sin costo y permitió que las compañías integraran dominios personalizados con los nombres de sus negocios en Gmail.

Cuando apenas estaba probando las aplicaciones, les dijo a los dueños de los negocios que sus productos serían gratuitos para siempre, aunque Google puntualiza que, desde el principio, los términos de servicio de su software de negocios especificaban que la compañía podía suspender o concluir la oferta en el futuro. Google dejó de aceptar la creación de cuentas nuevas gratuitas en diciembre de 2012, pero continuó dando el servicio a las cuentas de lo que se conoce como la edición antigua gratuita de G Suite.

En 2020, la G Suite fue renombrada como Google Workspace. La gran mayoría de la gente (la compañía indica que tiene más de 3000 millones de usuarios totales) usa una versión gratuita de Workspace. Más de siete millones de organizaciones o individuos pagan por versiones con herramientas adicionales y soporte técnico a clientes, un aumento respecto a los seis millones de 2020. El número de usuarios que todavía están en la edición antigua gratuita asciende a miles, señaló una persona familiarizada con esos datos que pidió permanecer en el anonimato porque no está autorizada a revelar de manera pública esos números.

“Estamos aquí para ayudar a nuestros clientes con esta transición, incluso con grandes descuentos en las suscripciones a Google Workspace”, afirmó Katie Wattie, una vocera de Google, en un comunicado. “Cambiarse a una suscripción de Google Workspace se puede hacer en unos cuantos clics”.

Los testimonios recogidos por parte de The New York Times no critican la decisión respecto al plano económico, sino al proceso en sí de transición. Varios dueños de empresas aseguran que Google ha manejado de forma muy torpe la transición, acusándoles de “engancharlos” a servicios gratuitos para luego cobrárselos.

Si bien el costo del servicio pagado es más una molestia que un duro golpe financiero, los propietarios de pequeñas empresas afectados por el cambio dicen que se han sentido decepcionados por la forma torpe en que Google ha manejado el proceso.

No pueden evitar sentir que una empresa gigante con miles de millones de dólares en ganancias está exprimiendo a los pequeños, algunos de los primeros negocios en usar las aplicaciones de Google, por solo un poco de dinero.

“Me pareció innecesariamente mezquino”, dice Patrick Gant, propietario de Think It Creative, una consultoría de marketing en Ottawa. “Es difícil sentir lástima por alguien que recibió algo gratis durante mucho tiempo y ahora se le dice que debe pagarlo. Pero hubo una promesa que se hizo y eso es lo que me decidió a tomar la decisión de optar por Google frente a otras alternativas”.

La decisión de Google de cobrar a las organizaciones que han utilizado sus aplicaciones de forma gratuita es otro ejemplo de su búsqueda de obtener más dinero de su negocio existente, similar a cómo a veces ha puesto cuatro anuncios en la parte superior de los resultados de búsqueda en lugar de tres y ha intercalado más comerciales en videos de YouTube.

En los últimos años, Google se ha esforzado más en vender suscripciones de software a las empresas y ha competido más directamente con Microsoft, cuyos programas Word y Excel, aún siguen gobernando el mercado.

Después de que varios usuarios se quejaron del cambio a un servicio pago, se retrasó la fecha límite inicial del 1 de Mayo y Google declaró que las personas que usan cuentas antiguas por motivos personales en lugar de comerciales podrían continuar haciéndolo de forma gratuita.

Pero algunos dueños de negocios dijeron que mientras reflexionaban sobre si pagarle a Google o abandonar sus servicios, les costaba demasiado ponerse en contacto con el servicio de atención al cliente.

Con la fecha límite acercándose, seis propietarios de pequeñas empresas que hablaron con The New York Times criticaron lo que dijeron que eran comunicaciones confusas y en ocasiones, vacilantes sobre el cambio de servicio.

“No me importa que nos echen”, dice Samad Sajanlal, propietario de Supreme Equipment Company que ofrece consultoría de software y otros servicios tecnológicos en McKinney, Texas.
“Pero no nos den una fecha límite poco realista para movernos y encontrar una alternativa mientras aún están decidiendo si realmente quieren echarnos en primer lugar, no es demasiado lógico”.

Google dice que la edición gratuita no incluía atención al cliente y por ello a los usuarios les ha costado tanto ponerse en contacto con la empresa para obtener ayuda con la transición.

Google lanzó Gmail en 2004 y sus aplicaciones comerciales como Docs y Sheets dos años después.

El gigante de las búsquedas estaba ansioso por que las empresas emergentes y las tiendas familiares adoptaran su software de trabajo, por lo que ofreció los servicios sin costo y permitió que las empresas trajeran dominios personalizados que coincidieran con sus nombres comerciales a Gmail.

Mientras aún estaba probando las aplicaciones, incluso declaró a los dueños de negocios que los productos serían gratuitos de por vida, aunque Google dice que desde el principio, los términos de servicio de su software comercial establecían que la compañía podía suspender o terminar la oferta en el futuro.

Google detuvo los nuevos registros gratuitos en Diciembre de 2012, pero continuó admitiendo las cuentas de lo que se conoció como la edición gratuita heredada de G Suite.

En 2020, G Suite pasó a llamarse Google Workspace y la gran mayoría de las personas (la compañía dice que tiene más de tres mil millones de usuarios en total) usa una versión gratuita de Workspace.

Más de siete millones de organizaciones o individuos pagan por versiones con herramientas adicionales y atención al cliente, frente a los seis millones de 2020.

Pero la cantidad de usuarios que todavía usan la versión heredada gratuita de hace años sigue siendo miles de personas.

“Estamos aquí para ayudar a nuestros clientes con esta transición, incluidos grandes descuentos en las suscripciones de Google Workspace”, dice Katie Wattie, la portavoz de Google en un comunicado. “Pasar a una suscripción de Google Workspace se puede hacer con unos pocos clics”.

Desde abril de 2020 hasta marzo de 2021, los ingresos comerciales se redujeron para la gran mayoría de pequeños negocios a causa de la pandemia por Covid y las ventas cayeron otro 20 por ciento al año siguiente.

Las cosas han comenzado a mejorar en los últimos meses, pero muchos negocios aún no han recuperado las tasas de beneficios pre covid. Por esto, muchos pequeños comerciantes, seguramente aceptaran pagar a Google.

“En este punto, estoy enfocado en lograr que mi negocio se recupere”, dijo Dalton. “Lo último que quiero hacer es cambiar un servicio”.

Por lo que pidió a sus 11 empleados a tiempo parcial que comenzaran a usar sus direcciones de correo electrónico personales para el trabajo y actualizó las dos cuentas restantes a la versión más económica de Google Workspace.

En otro ejemplo, el negocio del Sr. Gant es una tienda de un solo trabajador y había estado usando Gmail gratis desde 2004. Dice que no se trata de dinero, pero que su problema es el tomarse la molestia de la transición.

Tuvo que decidir si seguir usando Google o buscar una nueva opción. El Sr. Gant aún está considerando si cambiarse a Microsoft Outlook, Apple iCloud o ProtonMail, o bien quedarse con Google.

Microsoft le costaría 100 dólares canadienses al año. Apple costaría 50 dólares anuales y ProtonMail 160 dólares anuales. Google le daría tres meses gratis y luego le cobraría la misma cantidad que Apple por un año.

Al año siguiente, el precio de Google se duplicaría a 100 dólares.

El Sr. Sajanlal, es el único empleado de su negocio y se registró en el servicio comercial de Gmail en 2009. Años más tarde, agregó a su cuñado, Mesam Jiwani, a su cuenta de G Suite cuando comenzó su propio negocio.

Esa empresa, Fast Payment Systems, ha ayudado a pequeñas empresas en estados como Texas y Nueva York a procesar pagos con tarjeta de crédito desde 2020.

Cuando el Sr. Sajanlal le dijo al Sr. Jiwani que Google comenzaría a cobrar por cada una de sus direcciones de correo electrónico, el Sr. Jiwani dijo: “¿Hablas en serio? ¿Van a empezar a estafarnos?”

El Sr. Jiwani dijo que almacenó los datos de transacciones de sus 3000 clientes en Google Drive, por lo que comenzó a pagar por los servicios de la empresa, aunque está considerando cambiarse al proveedor de software Zoho.

El Sr. Sajanlal se alejó de Google en Marzo y configuró sus correos electrónicos comerciales en un servidor alojado por Nextcloud.

Stian Oksavik, que tiene un negocio paralelo llamado BeyondBits en Florida que se encarga de configurar redes informáticas para sus clientes; se pasó al servicio iCloud de Apple, al que ya tenía acceso como parte de un paquete de suscripción existente.

“No se trata tanto por la cantidad que cobran, si no que del hecho de que cambiaron las reglas”, según Oksavik.

“Podrían cambiar las reglas nuevamente en cualquier momento”.

Patrick Gant, propietario de una consultoría de marketing en Ottawa, califica el movimiento de “innecesariamente mezquino”. Otros, como Samad Sajanlal, propietario de una consultoría de software en Texas, critican que no se les dé “una fecha límite realista” y que les obliguen a encontrar “una alternativa mientras aún están decidiendo si realmente quieren echarnos en primer lugar”.

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