abril 18, 2017

Aroma de política: La Semana Santa, ¿Días de guardar? o ¿Días de vacacionar?

*Rita Balboa

Tradicionalmente, por lo menos esa fue mi educación católica, la Semana Santa – que inició el pasado domingo con los oficios y la celebración de la Semana Mayor, que es una de las fechas más importantes para los católicos, pues se vive la Pasión y Muerte de Cristo así como se espera la resurrección- son Días de Guardar.

Así la conocí por mi madre, una mujer que profesa la religión católica, y mi familia en lo general, pero sé que la forma de vivir actualmente la Semana Santa ha cambiado.

La misma Iglesia católica ha relajado las formas de cómo vivir la Semana Santa, por ejemplo, adoptar una postura más espiritual y promulga que la tradicional abstinencia de carne puede reemplazarse con el ayuno espiritual, privándonos de lujos, del celular y del Internet. Ahora las penitencias pueden ser participando del Vía Crucis, rezar el Rosario y fortalecer el contacto con Dios, evitar los vicios y la superficialidad.

Pero estoy clara que la Semana Santa ya no es igual que cuando la celebraban mis padres, pues sus cambios lo vivimos cada año, pero cuando conocemos datos duros nos damos cuenta cuánto cambia nuestras tradiciones.

Existen varias encuestas de cómo celebramos actualmente la Semana Santa en México. Una de ellas realizada por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) descubrió lo siguiente: “Los días de guardar se han convertido en México en un simple periodo vacacional, afirman 68 de cada cien personas, a pesar de que 77% de los mexicanos se considera devoto de la religión que profesa y 77.8% considera que la Semana Santa es importante”.

Continua la encuesta: “23.1% de los mexicanos asegura que la Semana Mayor significa la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y 18.1% la identifica con la reflexión espiritual. Pero para 9.7% es sólo otro día normal, 9.2% la ve como temporada de vacaciones; 1.8% respondió sencillamente cuaresma.

“La fe perdura y 9% siente que se trata de celebraciones religiosas, 5.1% que son  días de guardar y 3.9% de cuestiones de la religión católica; 3.7% mencionó que es tiempo de descanso, 3.5% días de pasarla con la familia y amigos, 1.6% tiene idea de que es para tomar días de descanso.

Cuando GCE preguntó telefónicamente ¿qué tan devoto se considera?, 32 de cada 100 mexicanos respondieron que “mucho”, 39 dijeron que “algo” y 20 que poco; 3 confesaron que no tienen devoción religiosa y 6 no respondieron o dejaron todo en el limbo con un “no sé”.

Y sobre qué tan devotos piensan que son los mexicanos, los entrevistados indicaron: “mucho” 31.7%, “algo” 39.3% y “poco” 20.3%. Un 2.8% siente que la sociedad no es nada devota y 5.9% prefirió el silencio o decir que ignora qué tan religiosa es la gente.

Gabinete pidió la opinión de 600 personas de todo México sobre qué tan importante es la Semana Santa para ellas y 55.8% dijo que “mucho”, 22.1% “algo” y 16.6% “poco”; 3.3% no le otorga ninguna relevancia y 3.3% prefirió no confesar su pensamiento.

Lo impactante de la encuesta es que el 68.3% dijo que ya no son “días de guardar” sino días de descanso, sólo el 23% todavía tienen esencia religiosa.

No cabe duda que los tiempos han cambiado radicalmente.

Semana Santa, sigue siendo una buena etapa para reflexiona

Lo que no ha cambiado la Semana Santa, eso creo, es la oportunidad que nos da de reflexionar sobre los temas que uno considere importante, ya sea personal, familiar, profesional o de alguna actividad dentro de la sociedad.

Estoy convencida de que la familia es un elemento natural y fundamental de la sociedad. Los lazos principales que definen a una familia son vínculos derivados del establecimiento de una relación reconocida socialmente, como el matrimonio, y ligas de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos entre los hermanos que descienden de un mismo padre.

Dentro de la familia, nosotras, las mujeres tenemos un papel fundamental, no sólo me refiero al papel de hija, hermana y madre. Muchas mujeres jugamos un papel social o político dentro de la sociedad.

En los últimos días he conocido de grandes mujeres que han logrado sus éxitos en áreas que hasta hace poco era sólo para hombres; a la par también he conocido de agresiones o asesinatos de mujeres en varios estados de nuestro país y países  de América Latina.

Para nadie es un secreto que no obstante los avances registrados todavía existen leyes discriminatorias contra el sector femenino.  Aun en pleno siglo veintiuno, el número de mujeres pobres sobrepasa al de los hombres, al tiempo que las primeras reciben menos salario que los segundos por un mismo trabajo y representan dos tercios de los analfabetos del planeta.

No entendemos como aún exista poco progreso en materia de salud reproductiva y los actuales niveles de mortalidad materna son inaceptables, cuando casi a todas las enfermedades se les puede prevenir.

Se dice tanto que la igualdad de género y el fortalecimiento del poder de las mujeres y niñas no son un objetivo por sí mismo, sino una clave para el desarrollo sostenible, el crecimiento económico, la paz y la seguridad familiar. La discriminación es una de las principales barreras que las mujeres enfrentan para que sus derechos sean efectivamente protegidos y garantizados.

Se reconoce avances en los derechos de las mujeres, pero también se observa que, tanto en la ley como en la práctica, persisten formas de discriminación que siguen siendo toleradas por la sociedad.

Esto acentúa las iniquidades estructurales en los ámbitos familiar, político y laboral.

Existe aún un vínculo directo entre la desigualdad de las chiapanecas, y mexicanas, en el ámbito de la familia y su limitada participación en la esfera política y en el contexto laboral.

La democratización de la familia es vital para que las mujeres puedan tener participación igualitaria en su inserción en la vida laboral y política del país. La igualdad de las mujeres en todas las esferas es clave para que el desarrollo económico, social y político.

El logro de la equidad de género en la participación política requiere –a nuestro juicio–, en lo que al acceso a los recursos se refiere, un trabajo orientado en las siguientes direcciones básicas: Es indispensable trabajar en la educación y la capacitación de la mujer, condiciones previas para que la inserción en la vida económica y política sea efectiva y motor de modificación de pautas culturales.

Lo hemos dicho a los cuatro vientos que la violencia de género es un grave obstáculo para el logro de todos los objetivos de desarrollo. Ojalá que vengan tiempos nuevos para el sector femenino en Chiapas, México y América Latina. Pero sé que eso costará mucho trabajo, no hay que ceder ni un ápice.

La realidad colombiana: Feminicidios aumenta

En párrafos anteriores reflexionábamos sobre la violencia de género en muchos países, incluyendo México. En la semana que finaliza conocimos del  aumento de las agresiones a las colombianas.

ONU Mujeres hizo público información sobre el aumento de los feminicidios y pidió la participación de toda la sociedad para combatirlo y cambiar la cultura que justifica la violencia.

El tema del feminicidio en ésa nación latinoamericana ha sido el tema recurrente después de conocerse el asesinato de Claudia Rodríguez a manos de su expareja.

Valga citar las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), las cuales indica que a diario mueren 12 mujeres latinoamericanas y caribeñas solo por ser mujeres.

Difícil situación que se vive en Colombia, más no es la única nación con altos índices de feminicidio. Chile, uno de los países que ha logrado consolidar su economía, ha tenido también índices altos de crímenes violentos contra mujeres.

Triste, pero es una realidad inocultable.

                                              Política mediática

Una destacada jurista negra que se convirtió en la primera mujer musulmana que desempeñaba un puesto de juez en Estados Unidos fue hallada muerta el jueves en el Río Hudson de Nueva York, según una fuente policial. El cuerpo de Sheila Abdus-Salaam, de 65 años y juez adjunta del Tribunal Superior de Nueva York, fue hallado flotando en la ribera oeste de Manhattan @ En México, el valor del negocio de servicios para mascotas creció 76.4%  de 2011 a 2017, y se pronostica que en los próximos cuatro años aumente un 38.1%. Los productos para el cuidado y alimentación han aumentado su producción 28.2% en el mismo periodo, y es que la relevancia de las mascotas en las familias es tal que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) registró en 2014 que más de la mitad de los mexicanos (54.9%) tenía una, 83% dijo que tenía un perro y 27% un gato.

*Periodista y política chiapaneca.

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