Otra piscina se ha vuelto verde en Río y los medallistas olímpicos tienen su propia teoría

Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Temíamos que Río 2016 fuera a tener problemas con el agua, pero nunca imaginamos que sería en las piscinas. Un día después de que la imagen del tanque de saltos teñido de verde diera la vuelta al mundo, nos encontramos con que la piscina de al lado, la de waterpolo, está pasando por el mismo proceso.

Jack Laugher y Chris Mears —que se llevaron el oro olímpico en una de las pruebas de salto sincronizado masculino— tienen su propia teoría sobre lo que ha ocurrido, según publica The Independent. Los británicos creen que la tinta de ese cartel verde que hay debajo de los trampolines se está filtrando de alguna forma en el agua. “Tenemos un cartel grande que va dentro del agua para decorar y dar efecto”, dijo Laugher en una entrevista. “Y creemos que tal vez una cantidad de tinta se haya quedado en la piscina”.

La hipótesis podría explicar por qué el verde del agua es similar al de los carteles que la rodean o al del propio logo de Río 2016. También explicaría por qué los organizadores están confiados en que el agua es segura. .“Los médicos le han dado el visto bueno o lo que sea”, comentó Laugher. “Fue empeorando progresivamente y llegó a su peor punto mientras competíamos —añade—, pero de alguna manera nos ayudó a ver un poco el agua”. Las medallistas femeninas también le encontraron esa ventaja al agua turbia.

La tinta puede haber ayudado, pero es improbable que haya tenido mucho que ver. Hay una enorme cantidad de agua en un tanque de saltos, que tiene como mínimo cinco metros de profundidad. Haría falta una proporción sustancial de tinta para cambiar el color de manera tan homogénea. La explicación más plausible, y más o menos oficial, es el crecimiento de algas por falta de cloro.

El portavoz del comité olímpico Mario Andrada aseguró el martes a Associated Press que el verdor del agua tenía que ver con una “proliferación de algas” causada principalmente por “el calor y la falta de viento”. Pero Andrada también dijo que el miércoles (ayer) la piscina de saltos volvería a la normalidad. En lugar de eso, el problema se ha extendido a la piscina de waterpolo, que está justo al lado. Desde aquí parece que las algas están ganando la partida.

En los clavados el agua se volvió verde por primera vez

La piscina de trampolines de Río 2016 estaba de su color tradicional en el evento masculino de salto sincronizado: azul, con el agua cristalina. El martes, antes de los sincronizados femeninos, el agua se había teñido de verde. Nunca antes había ocurrido algo así en unos Juegos Olímpicos.

Uno de los primeros sorprendidos fue el clavadista inglés Tom Daley, que el lunes había conseguido la medalla de bronce junto a su compañero Dan Goodfellow. “Ermmm… ¿qué ha pasado?”, publicó ayer en Twitter:

Todavía no hay una explicación oficial de lo que ocurrió, pero las atletas acabaron sacándole provecho. Lejos de empeorar su rendimiento, la canadiense Meaghan Benfeito, que se llevó a casa la medalla de bronce, reconoció que el agua turbia la había ayudado. “No es del mismo color que el cielo, así que eso ha jugado en nuestro favor hoy”, explicó Benfeito tras clavar su salto.

Las piscinas de trampolines y waterpolo del centro acuático Maria Lenk están al aire libre. No es habitual, pero tampoco es descabellado teniendo en cuenta que es invierno en Río de Janeiro y el clima es agradable. “Cuando entrenábamos para acostumbrarnos a este lugar, el agua estaba siempre de color azul cielo”, dijo Liu Huixia, que ganó la medalla de oro para China.

El contraste entre el azul del cielo y el verde de la piscina (que pueden ser algas o cobre oxidado) resulta de gran ayuda cuando das varias vueltas sobre tu propio eje con los pies en la cara. Y la calidad del agua había sido probada: según el comité organizador, no suponía ningún riesgo para las atletas. Aun así, Meaghan Benfeito prefirió no abrir la boca, “por si acaso”.

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