Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Cuando el 25 de enero de 2004 el rover Opportunity aterrizó en Marte nadie podía imaginar que seguiría vivito y coleando nada más y nada menos que cinco mil soles después. Cinco mil días en Marte, una cifra redonda que superó el pasado viernes día 16 de febrero. O lo que es lo mismo, casi 5138 días terrestres (el día marciano, o sol, dura 39 minutos más que el día terrestre). Opportunity había sido diseñado, como su hermano gemelo Spirit, para una misión primaria de solo tres meses.

Y por entonces incluso esta cifra parecía un imposible. Pero, contra todo pronóstico, ha aguantado las inclemencias meteorológicas —léase tormentas de polvo y dust devils— y las bajas temperaturas del planeta rojo. En su 4999º sol Opportunity obtuvo esta bella foto de un amanecer marciano con sus característicos tonos azulados:

Un día marciano dura unos 40 minutos más que uno terrestre, y un año marciano (lo que tarda el planeta en dar una vuelta completa al Sol) es equivalente a casi dos años en la Tierra. El primer día marciano del Opportunity fue el del aterrizaje, el 24 o 25 de enero de 2004 (dependiendo de la zona horaria en la Tierra). Su misión principal había sido planeada para que durase 90 días marcianos. La NASA no esperaba siquiera que el robot sobreviviera al invierno en Marte. En cambio, son ya cinco mil los días marcianos que lleva de servicio este robot.

Desde la perspectiva del vehículo, situado en la pendiente interior del borde occidental del cráter Endeavour, durante esta fecha emblemática el Sol apareció por encima del borde oriental de la cuenca, a unos 22 kilómetros de distancia. El Opportunity se ha movido unos 45 kilómetros desde su zona de aterrizaje hasta alcanzar su actual ubicación. Durante su viaje, ha enviado unas 225.000 imágenes.

El día antes de su récord, 15 de febrero de 2018, el Opportunity fotografió el amanecer de su día marciano 4.999, obteniendo esta panorámica con un color aproximadamente real. Foto: NASA/JPL-Caltech/Cornell/Arizona State Univ./Texas A&M

Esta bella imagen es una de las últimas de las cerca de 225.000 que la veterana sonda ha obtenido en el transcurso de su misión. Opportunity se encuentra ahora en el borde del cráter Endeavour, de 22 kilómetros de diámetro, y desde mayo de 2017 está en el «valle de la Perseverancia» (Perseverance Valley), que, a pesar de su rimbombante nombre, es un canal poco llamativo que se dirige al suelo del cráter. La pendiente del cráter, que varía entre los 15º y los 22º, es la última zona que le ha tocado estudiar a Opportunity después de recorrer cerca de 45 kilómetros en estos catorce años desde que aterrizó en Meridiani Planum.

Hasta el día de hoy, el Opportunity ha vivido una aventura digna de película, con situaciones de peligro, primicias científicas en forma de hallazgos geológicos, crónicas de duros inviernos marcianos en los que la actividad del robot, dependiente de la energía solar, se reducía de manera considerable y se desarrollaba exclusivamente en lugares escogidos para servir de refugio, momentos tristes como la pérdida de su “hermano” Spirit, que quedó atrapado en una zona arenosa y no pudo trasladarse a un refugio al llegar el invierno, y hasta descubrimientos misteriosos como la enigmática estructura geológica que encontró en 2012 en el sitio marciano referido como Cabo York.

Perseverance Valley llamó la atención de los investigadores por presentar una serie de ondulaciones similares a las formaciones terrestres formadas por sal, arena y gravilla modificadas por la acción de los ciclos de congelación de agua. Sea como sea, para celebrar el feliz aniversario Oppy ha realizado un selfie, el primero en su longeva carrera. A diferencia de los famosos selfies de Curiosity, tomados con la cámara MAHLI de alta calidad situada en el extremo del brazo robot, Opportunity ha tenido que usar la pequeña cámara de su microscopio (MI).

Esta cámara fue diseñada para tomar imágenes de las rocas y el suelo a poca distancia, así que no posee capacidad de enfoque más allá de unos pocos centímetros. El resultado es que el selfie, realizado a partir de 17 tomas independientes se ve borroso y, además, como el brazo robot del tozudo rover es mucho más corto, está tomada relativamente cerca.

Y, por supuesto, hallazgos que han aumentado poco a poco el convencimiento en la comunidad científica de que Marte poseyó agua líquida en su superficie, y quizá incluso vida primitiva.

Actualmente la principal limitación de Oppy es la energía. La progresiva degradación de los paneles solares implica que los controladores de misión intentan mantener continuamente a Oppy orientado hacia el Sol, o lo que es lo mismo, hacia el norte —el rover se halla en el hemisferio sur del planeta— aprovechando la pendiente de las paredes del cráter con el fin de aumentar la producción de electricidad a lo largo del día. Por este motivo el rover no ha estudiado todavía las zonas más bajas del valle. Nadie quiere que Oppy se quede en una posición inadecuada durante el gélido invierno marciano, ya que eso podría suponer su muerte. El plan es mover el rover muy, muy lentamente entre zonas que estén orientadas hacia al norte.

A pesar de sus achaques es simplemente alucinante que este pequeño rover haya aguantado tanto tiempo. Una hazaña que ha sido consecuencia del duro trabajo de los hombres y mujeres que forman el equipo de la misión. Cinco mil amaneceres y atardeceres en un mundo alienígena. Y pensar que cuando aterrizó pocos pensaban que lograría llegar a los tres meses…

Fuente: NASA JPL.

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