Floyd “Money” Mayweather dejó una lección interesante para el mundo de los negocios y la vida en general. El 26 de agosto de 2017, el boxeador de 40 años alcanzó su victoria número 50 y batió un nuevo record al superar al legendario Rocky Marciano. En su carrera profesional, el púgil nunca conoció el sabor de la derrota. El “es necesario caerse para aprender a levantarse” no se encuentra entre sus conocimientos, al menos en el ámbito profesional.

Para su pelea final, Mayweather aceptó a un retador joven, hábil y experto en su disciplina, las Artes Marciales Mixtas. Conor McGregor, un luchador once años menor que el campeón libra por libra, pensó en convertirse en historia al desafiar al invicto Floyd Mayweather.

Las coincidencias con el mundo de los negocios son significativas y esto aplica para diversos ámbitos de la vida. Un ejemplo actual serían las declaraciones del presidente Donald Trump en contra del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Un McGregor (Trump) histriónico, vaticina el peor escenario posible, amenaza y se envalentona con palabras que no tienen ni pies ni cabeza en la arena de uno de los acuerdos comerciales más importantes del mundo. Sin embargo sus socios de Canadá y México (el Mayweather) hacen su labor de defensa y aguantan el round.

La analogía deportiva siempre ha sido un elemento inspirador para el mundo de los negocios

A continuación, se enumeran cuatro errores comunes del retador:

  1. Arena: Cuando un retador decide confrontar a un contrincante, debe evaluar dónde peleará. Si fuese por ejemplo una negociación de incremento de sueldo en una empresa, sería un error ir a la oficina del jefe a exigir un aumento salarial. Es importante preparar el terreno, diseñar una estrategia que incluya en el análisis, un lugar neutro para el round. McGregor desafío a Mayweather en su propia casa, en Las Vegas.
  2. Disciplina: Un nadador puede ser un campeón olímpico, pero en aguas abiertas la cuestión cambia. De la misma manera, McGregor increpó a Mayweather en su propia disciplina, el boxeo. El campeón de las Artes Marciales Mixtas no analizó los requerimientos del box como aguante, resistencia y mentalidad diferente. Las estrategias en ambas disciplinas son diferentes. Es como si un gerente de finanzas de una empresa, desafía al de ventas, por el simple hecho de tener carisma y caer bien a algunos clientes. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra.
  3. Saber qué hacer: El irlandés no tuvo en cuenta un detalle importante, su escasa visión y evaluación de la película completa. McGregor confió ciegamente en sus habilidades, algo por cierto requerido para desafíos extremos. En su cálculo le falló considerar su fortaleza, la cual era poca si se comparaba con la del contrincante. La agresividad del campeón de las Artes Marciales Mixtas puso en evidencia un error de estrategia imperdonable: el norteamericano sabía qué hacer y lo hizo. Un profesional dedicado toda la vida a cosechar el éxito y nunca conoció el sabor de la derrota: el resultado en la pelea final era predecible. En las empresas hay profesionales de trayectoria, conscientes de lo que se debe hacer y de vez en cuando llega un retador a desafiar su camino, al intimidar con tácticas superficiales las cuales culminaron en reafirmar la supremacía del campeón.
  4. Una bomba de tiempo: La mezcla de todos los elementos son un cóctel explosivo. Quizá la emotividad y el show mediático de McGregor, generaron una cortina de humo la cual daba una sensación de posibilidad de victoria, pero esto no resistía un análisis mas o menos serio. En la vida común como en los negocios, nunca falta un proveedor o cliente con ínfulas para presionar una situación o decisión, sin evaluar el terreno de la batalla, la disciplina en juego y sin el enfoque correcto. El cóctel es una bomba de tiempo.

La analogía deportiva siempre ha sido un elemento inspirador para el mundo de los negocios. Resulta muy nutritiva la experiencia de estos profesionales, quienes al superar obstáculos, encuentran la motivación, perspectiva y ejecución correcta que los conducen al éxito.

Mayweather, además de ser un profesional del deporte, es un ser humano con una historia personal cargada de cuestiones de peso y su padre ha sido un gran motivador, aunque han tenido sus diferencias. Al librar la batalla número 44 y en declaraciones para CNN, Money dijo “mi padre es un entrenador sobresaliente, un mago de la defensa”. Sin duda, la magia de Floyd Mayweather brilla en su gran fortaleza: la defensa.

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