Especial

Londres, Inglaterra, 4 febrero 2018.-La muerte de Fidel Castro Díaz-Balart, el primogénito del fallecido líder cubano Fidel Castro, ha puesto el foco en una complicada madeja de relaciones familiares marcada por agrias diferencias políticas.

Castro Díaz-Balart se suicidó el 1 de febrero a los 68 años en La Habana, tras meses de tratamiento por una severa depresión, de acuerdo con medios oficiales cubanos.

Para muchos de quienes lo conocieron, la noticia fue una verdadera sorpresa. Se suicida Fidel Castro Díaz-Balart, hijo mayor del expresidente de Cuba.

“Me sorprendió, no lo recuerdo como un tipo depresivo”, comentó a BBC Mundo Juan Juan Almeida, hijo del comandante de la revolución Juan Almeida, quien vive exiliado en Miami y lo conoció cuando era joven.

“Tuvo una vida compleja, se crió más como hermano de sus primos -los hijos de Raúl Castro- que de los otros hijos de Fidel y a la sombra del conflicto intrafamiliar por la rama de los Díaz-Balart”.

Muy parecido físicamente a su padre, “Fidelito” es el hijo de Fidel Castro con más alto nivel educacional -llegó a ser doctor en Física Nuclear y vicepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba- y durante décadas, el único vástago públicamente conocido del líder de la revolución cubana.

También era el vínculo visible de Castro con sus archienemigos al otro lado del Estrecho de la Florida: la familia materna Díaz-Balart.

La familia del otro lado

Su madre era Mirta Díaz-Balart, a quien Fidel conoció cuando ella estudiaba Filosofía en la Universidad de La Habana. Se casaron en 1948 y Fidel Angel Castro Díaz-Balart -su nombre completo- nació al año siguiente. Mirta era hija de Rafael José Díaz-Balart, un notario habanero con una pudiente posición económica.

Un hermano de Mirta, Rafael Díaz-Balart, era entonces líder de la mayoría en la Cámara de Representantes y ministro del interior del gobierno de Fulgencio Batista, contra quien su cuñado se alzaría en armas tan sólo cinco años después de la boda.

Las diferencias políticas entre ambos hombres -Fidel Castro y Rafael Díaz-Balart- se extendieron también a sus descendientes.

Al comienzo de la revolución Rafael Díaz-Balart se exilió en Miami, donde fundó en 1960 una organización anticastrista: La Rosa Blanca.

Dos de sus hijos han sido miembros republicanos del Congreso estadounidense: Lincoln Díaz-Balart (1993-2011) y Mario Díaz-Balart ( 2013- ) y enemigos acérrimos del gobierno de Fidel y Raúl Castro. A lo largo de los años han abogado por políticas de “mano dura” contra el gobierno cubano, en particular por mantener el embargo económico a la isla.

José Díaz-Balart, el hijo menor de Rafael, es un conocido presentador de noticias de las cadenas NBC News y Telemundo.

Fidel Castro rara vez se refirió a los primos de su hijo Fidelito, sus enemigos políticos. Una de esas ocasiones fue en 2006, cuando en una entrevista concedida al periodista español Ignacio Ramonet le comentó que “un mal llamado Lincoln y Díaz-Balart de apellido”, conspiraba para acabar con su vida. No se refirió a los vínculos familiares con él.

Han sido infructuosos los intentos de BBC Mundo de contactar los hermanos Díaz-Balart para esta historia. Un hijo del excongresista Lincoln Díaz-Balart se suicidó en 2013 a los 29 años.

Fidelito, una vida en las sombras

Fidelito, como se le conocía, vivió parte de su infancia en la casa de la familia paterna en Birán y siendo un niño visitó a su padre cuando fue encarcelado tras el asalto al Cuartel Moncada, en 1953.

Image caption “Fidelito” vivió parte de su infancia en la casa de la familia paterna en Birán. En la foto, una imagen de cuando Fidel Castro volvió a dicha casa ya adulto.

Mirta Díaz-Balart se mantuvo al margen de las actividades políticas de su esposo. Se divorciaron en 1955, cuando Fidel Castro se encontraba exiliado en México.

Juana Castro, la hermana menor de Fidel Castro, contó en su libro de memorias que Mirta envió al niño a México mientras ella estaba de luna de miel en segundas nupcias, sin saber que el padre preparaba una expedición armada a la isla.

Fidel no quería enviar a su hijo de regreso a Cuba y encargó a una pareja de amigos en ese país que se ocuparan de él. Fidelito tenía seis años.

“A mis hermanas encomiendo otra petición: que escondan a mi hijo en una montaña si es necesario”, pero que no se lo entreguen a Mirta”, escribió Juana Castro en el libro “Fidel y Raúl: mis hermanos”, de 2009.

De acuerdo con su testimonio, el 8 de diciembre de 1956 Mirta orquestó un secuestro a mano armada en el barrio Chapultepec para llevarse al niño a Cuba, aunque la familia Díaz-Balart sostiene que fue Fidel quien había secuestrado al pequeño.

“Fidelito” se reencontró con su padre en 1959; en una de las fotos de la entrada triunfal a La Habana de los rebeldes liderados por Castro aparece de pie, vestido con un pequeño uniforme verde oliva, agitando un banderín.

En los primeros meses de la revolución vivió alojado junto a Fidel en el hotel Habana Libre, como dan constancia fotos de la época. Luego sus pasos comenzaron a difuminarse y comenzó a desaparecer del ojo público, en la medida en que el líder revolucionario tendió un manto de secreto sobre su vida privada.

Poco después de la llegada al poder de Fidel Castro, Mirta Díaz-Balart se radicó en España con su segundo esposo y formó otra familia. “Fidelito” pasó a vivir con su tío Raúl Castro y la familia de este.

Lazos rusos

En 1968 fue enviado a la Unión Soviética, con el seudónimo de “José Raúl Fernández”, donde comenzó a estudiar Educación Física en la universidad de Vorozneh. Dos más tarde cambió para Física Nuclear y se graduó con honores de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú.

Juan Juan Almeida lo conoció cuando ambos vivían en el mismo edificio designado para familiares y amigos cercanos de Raúl Castro en el barrio habanero Nuevo Vedado.

“La primera impresión es que era un tipo muy distante, con ciertas pinceladas de arrogancia, pero cuando lo conocías más era un hombre encantador, risueño, sabía conversar”, comentó Almeida. “Lo conocí como José Raúl, y en esos años no tenía relación con sus otros hermanos, hijos de Dalia Soto del Valle”.

Castro Díaz-Balart pasó gran parte de su vida viajando a la Unión Soviética. Tiene doctorados honorarios de las universidades estatales de Moscú, Rostov y Vorozneh y a lo largo de su vida publicó una docena de libros de temas científicos.

Además de ruso, hablaba inglés e incluso concedió una entrevista en ese idioma en 2013 a la plataforma Russia Today.

Según personas allegadas, su madre Mirta viajaba de España a la Unión Soviética visitarlo, y él mismo iba a verla a Madrid, donde ella residía, algo que constituía un verdadero privilegio para un cubano en las décadas de 1970 y 1980.

Osvaldo Fructuoso, hijo de un mártir de la revolución cubana y su vecino en La Habana, coincidió con él en la residencia del embajador cubano en Madrid en 1981.

“Fue muy atento. Por supuesto, se manejaba como ‘José Raúl’ y en ningún momento se mencionó a la madre, que era el motivo de su estancia en esa ciudad”, comentó.

Todo indica que “Fidelito” mantuvo una relación sistemática con su madre a lo largo de su vida. Mirta Díaz-Balart ha viajado frecuentemente a Cuba y reside intermitentemente allí, tras quedar viuda en 2006. Se desconoce, en cambio, si “Fidelito” tuvo algún vínculo con sus primos de Miami durante su vida.

Trabajo en Cuba

En la década de los 80 el científico estuvo estrechamente vinculado al estudio y desarrollo de la energía nuclear para Cuba, y fundó el Instituto Superior de Ciencias y Tecnología Nucleares de La Habana.

Estuvo a cargo de la construcción de la fracasada planta nuclear cubana de Juraguá, y dirigió la Comisión de la Energía Atómica de Cuba desde 1980 hasta 1992, cuando fue destituido personal y públicamente por su padre, quien alegó “deficiencias” en el desempeño de sus funciones.

No obstante años después volvió a la esfera pública y en 1999 fue nombrado asesor del ministerio de la Industria Básica. En el 2005, estuvo entre los 12 científicos reunidos por el organismo de la Energía Atómica de Naciones Unidas en la Conferencia Mundial en ocasión del Año Internacional de la Física por el centenario de Albert Einstein.

En 2016 asistió junto a su familia a las exequias de su padre; una de las raras ocasiones en que se le vio compartir el mismo espacio con sus medio hermanos y otros familiares.

Al momento de su muerte Castro Díaz-Balart vivía con María Victoria Barreiro, hija de un general cubano. Tenía tres hijos fruto de su primer matrimonio con una rusa, Olga Smirnova. (Ivette Leyva Martínez BBC Mundo).

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